Safiya, de 30 años, fue hallada culpable de adulterio el 9 de octubre de 2001, cuando estaba embarazada de Adama, una niña que todavía no ha cumplido un año. Las relaciones sexuales extramaritales están penalizadas en algunos estados del norte de Nigeria, en los que se aplica la Sharia (ley islámica) en asuntos civiles y penales.
Su abogado consiguió que el tribunal, que se rige por la ley islámica, admitiese un recurso de apelación. Adujo que, contrariamente a la declaración inicial de su defendida, el padre de Adama es el ex marido de Safiya. Según una interpretación de tal ley, es lícito mantener relaciones sexuales con un ex marido hasta siete años después de la separación. Pide, por tanto, que se la declare inocente.
El juicio al que fue sometido Safiya careció de garantías procesales y fue discriminatorio. Mientras que una mujer puede ser condenada por adulterio sobre la base de su embarazo, a un hombre le bastaría jurar que no ha cometido adulterio para quedar absuelto, a menos que declarasen en su contra cuatro testigos presenciales varones de buena reputación.
Es la primera vez que un tribunal de la Sharia admite un recurso de apelación por un caso de este tipo. Este hecho parece indicar de que las autoridades nigerianas están acusando la presión internacional.
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