Sólo en la capital de este país asiático, Dhaka –que cuenta con 8 millones de habitantes– el número de niños de la calle se acerca a los 350.000, según estimaciones de ARISE (ONG que trabaja con los niños de la calle, en coordinación con el Gobierno de Bangladesh). Muchos de esos niños han sido abandonados por diferentes motivos: enfermedades congénitas, embarazos no deseados o ilegales, la insolvencia financiera de la madre o la desaparición del padre. Asimismo, en muchos casos las barreras sociales y religiosas propician el abandono de los menores.
El problema del abandono infantil afecta especialmente a las niñas, algo que tiene mucho que ver con la percepción de la mujer en la cultura asiática. No hay que olvidar que un varón es considerado como una ‘inversión de futuro’, pues, al ser el principal agente sustentador familiar, los padres tienen
garantizada su manutención. Por el contrario, las niñas suponen una importante carga económica que se intenta solventar mediante el matrimonio, por el que los padres pagan una dote económica a la familia del marido. Para evitar este tipo de problemas en el futuro, muchas niñas son abandonadas nada más nacer. Concretamente en Bangladesh, se calcula que más del 60% de los menores abandonados son niñas. No obstante, es probable que esta porcentaje sea mayor, pues la mayor parte de los bebés abandonados no llegan a ser registrados nunca.
Las difíciles circunstancias y la especial vulnerabilidad de los niños abandonados propició la puesta en marcha del centro INTERVIDA CHILDREN HOME, que abrió sus puertas en Dhaka en diciembre de 2000, acogiendo en la actualidad a 46 niños de entre 0 y 6 años. La comentada discriminación de género se refleja claramente en este lugar, donde la proporción de niñas alcanza el 75%, con un total de 31, frente a 15 varones. Todos ellos han sido abandonados por sus padres o familiares.