En Bangladesh, país en el que INTERVIDA desarrolla su labor de desarrollo, a pesar de que la legislación prohíbe el trabajo de los menores de 18 años, alrededor de 400.000 menores de 15 años trabajan en áreas urbanas, lo que supone un 12% de la población urbana y un 10% de la población infantil. Esta proporción se amplía en las zonas más deprimidas: de hecho, en las comunidades donde trabaja INTERVIDA, ese porcentaje se eleva hasta el 24,5%. Además, según el Informe Nacional sobre Trabajo Infantil 2002-03 realizado por la Oficina de Estadística de Bangladesh, de un total de 42,4 millones de niños de entre 5 y 17 años, 7,4 millones son considerados económicamente activos y, de éstos, 3,1 millones (42%) realizan trabajo infantil.
Ante este contexto, desde el año 2000, INTERVIDA desarrolla en Bangladesh el programa ‘Escuela para Niños Trabajadores’, un proyecto orientado a escolarizar a menores que, debido a su situación de pobreza, tienen que trabajar durante el día y, por tanto, no pueden asistir a la escuela en los horarios habituales. La necesidad de iniciar este proyecto se puso de manifiesto al comprobar que, de los 3.575 niños auspiciados por INTERVIDA en este país asiático, 338 menores (uno de cada 10) eran trabajadores. Actualmente, más del 83% de estos niños 281 se benefician del programa, que se pretende ampliar a todos los niños que se encuentran en esta situación. Estos menores desempeñan trabajos como el picado de piedra, la recogida y recolección de basura, la venta ambulante, el trabajo en fábricas de productos de aluminio y cerillas, y el servicio doméstico. La mayoría de ellos –el 67%– trabaja en el sector informal, sin protección legal o reglamentaria, y expuestos a duras condiciones que afectan a su salud.
En una primera fase, los trabajadores sociales de INTERVIDA identifican a los niños en edad escolar que están trabajando por las calles. Una vez que localizados, hablan con los niños para concienciarles de la importancia que tiene su escolarización y para darles a conocer el programa. Si los niños están interesados, INTERVIDA visita a sus familias para exponerles el proyecto y verificar que están de acuerdo en que su hijo forme parte de él. Además, se entra en contacto con los lugares de trabajo para informar del programa y comprobar que los horarios de la escuela no alteren la jornada laboral del niño.
El sistema educativo de las ‘Escuelas para Niños Trabajadores’ difiere del de los centros tradicionales, debido a las especiales circunstancias de esos menores, que dedican su infancia a trabajar y no a aprender y jugar. Por ello, el programa pone especial énfasis en los juegos didácticos y el desarrollo de la imaginación. Por otro lado, como se trata de niños de mayor edad que a menudo han adquirido conocimientos con anterioridad, el plan educativo comprende tres años en los que reciben formación lengua bengalí e inglés, matemáticas y ciencias sociales, junto a nociones para mejorar sus hábitos de higiene y buena conducta. También se les ofrece la oportunidad de participar en actividades culturales, en las que, a la vez que aprenden, fomentan las relaciones interpersonales con sus compañeros. El horario de clases se establece en función del horario laboral de los niños, para que las familias se puedan seguir beneficiando de la ayuda económica que los menores aportan con su trabajo. Al igual que en el resto de los programas educativos que lleva a cabo INTERVIDA, se proporciona de forma gratuita el material escolar y el vestuario (uniforme, calcetines y zapatos).
El programa ‘Escuela para Niños Trabajadores’ también ofrece apoyo sanitario, realizando revisiones médicas periódicas y un seguimiento de los tratamientos administrados. Igualmente, INTERVIDA aporta un suplemento nutricional a los niños, puesto que, debido a su trabajo, fundamentalmente físico, la necesidad de alimentos energéticos es superior. De hecho, las revisiones realizadas por los equipos médicos de esta organización pusieron de manifiesto que el 93,7% de los niños presentaban carencias nutricionales severas.
FUNDACIÓN INTERVIDA es una ONGD aconfesional, apartidista y totalmente independiente, con estatus consultivo especial en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas. Su objetivo es mejorar las condiciones de vida de miles de niños y sus familias en las zonas más necesitadas del planeta. Con este fin, lleva a cabo proyectos de desarrollo integral en Perú, Bolivia, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, India, Bangladesh y Malí. En la actualidad, casi 315.000 familias españolas dan su apoyo a tres millones de personas en esos países mediante el apadrinamiento de niños.