El icono de la moda y el buen gusto de finales del s.XVIII y principios del XIX, íntimo amigo de Jorge IV, Príncipe de Gales, excéntrico y hedonista donde los haya, George Bryan Brummell, Beau Brummell, ha sido uno de los personajes históricos que mejor supo lucir este accesorio masculino nacido en la época de la Revolución Francesa e inspirado en los pañuelos que llevaban al cuello los mercenarios croatas -de ahí su denominación francesa, cravatte- pero no el único. Frank Sinatra, Los Beatles, Carlos de Inglaterra u Onassis -quién tenía su propio nudo- entre otros, han seducido al mundo con una imagen impecable en la que la corbata tiene mucho que decir; aunque en el ámbito empresarial esté perdiendo fuelle.
Aseguran los analistas de cifras y estadísticas que en el mundo se venden muchas menos corbatas que hace una década y seguro que tienen razón. Pero mientras los jóvenes emprendedores líderes de las nuevas tecnologías o Wall Street se han desprendido de ella como de una argolla al cuello, los diseñadores más prestigiosos y reputados la adoran y no hay desfile de alto ‘standing’ masculino en el que el traje y la corbata no ocupen el lugar destinado al gusto exquisito. La batalla entre unos y otros está en plena efervescencia, pero no olvidemos que incluso Bill Gates se ha rendido a los encantos de este complemento.
Sin llegar a la incomodidad que suponía para los ‘dandys’ del XVIII anudar sus sofisticadas corbatas -algunos invertían incluso dos horas en conseguirlo- lucir este accesorio requiere de destreza y estilo innato o aprendido; y quizás por esto para muchos sea una tarea demasiado pesada. No es fácil saber confeccionar un nudo simple, pequeño, Pratt o doble; pero mucho menos Windsor, italiano o los hiper sofisticados Onassis y Atlántico. Y aunque se tenga habilidad, jamás lucirán bien en una corbata sin cuerpo, mal cortada o realizada con un tejido de mala calidad. La corbata es imprescindible en los ambientes elegantes; mejor dicho, una buena corbata.
La firma Pietro Baldini, expertos en corbatas de alto ‘standing’, ha presentado en Barcelona la que podría ser la pieza por excelencia para cerrar un año aciago y convertir a su portador en el hombre más elegante en los numerosos encuentros sociales. La corbata, con siete pliegues, está confeccionada en seda Jacquard y lleva incrustado un diamante de un quilate de Liali Dubai. Valorada en 8.000 euros, fue presentada por el ex futbolista Julio Salinas al que acompañaban el director general de Pietro Baldani, Antonio Gea Sánchez, y el diseñador Peter Aedo. Además de la corbata estrella, la firma, que llega a España tras consolidar su liderazgo en el Reino Unido, Alemania, Holanda, Francia y Suiza, mostró su magnífica colección de corbatas para cada ocasión cuyos precios oscilan entre los 50 euros y los 600 euros.
Gema Castellano