En lugar de desgastarse -tal y como suele ocurrir a los locales de ocio de moda- el Carpe Diem ha cumplido su primera década en plena forma y con una lista de clientes internacionales de calidad, infinita, que regresan habitualmente a disfrutar de su ambiente y de sus fiestas, como si volvieran a casa. Es, sin duda, extraordinario, el poder de atracción que el Carpe Diem ejerce sobre sus clientes; bajo el halo emblemático de lo que el local entiende por el concepto ‘trato exquisito‘.
Robin Bravenboer, empresario holandés y propietario del Carpe Diem Barcelona, tiene claro que un proceso de selección de personal adecuado y el trabajo en equipo, son algunos de los secretos del éxito. Los trabajadores -jóvenes bien formados, guapos y muy educados- “están orgullosos de lo que venden y son los perfectos anfitriones porque les gusta la gente; se sienten bien mimando a los clientes”, insiste Bravenboer. El resultado es la ilusión por el trabajo bien hecho y, en definitiva, la satisfacción absoluta de un cliente al que también se le exige estar a la altura que requiere el local.
El pasado viernes, el Carpe Diem Barcelona celebró su Décimo Aniversario con una fiesta ‘sublime’ en torno a su emblema; esa estatua gigante de Buda que, desde ya hace una década, vigila el Mediterráneo apoltronada en un lugar preferencial de la terraza del local. Pero la celebración también tuvo carácter solidario, en honor a una Fundación que nació casi a la par, por iniciativa de uno de los primeros relaciones públicas del Club. Verán. Jaume Sanllorente -periodista y uno de los primeros relaciones públicas del Carpe Diem- fue un verano de vacaciones a India y cuando volvió, decidió que abandonaba su vida de glamour y relaciones, para dedicarse a trabajar por los niños de la calle que había conocido en Bombay.
Corría el año 2005 y el Carpe Diem Barcelona no abandonó a Jaume Sanllorente en la consolidación de su proyecto. Las iniciativas de ocio en el local de moda barcelonés, siempre tenían presente favorecer a la ONG Sonrisas de Bombay, que -desde entonces- ya ha creado varios proyectos educativos en torno a los niños más pobres de la India. Ahora, en la celebración de su décimo aniversario, el Carpe Diem tampoco se ha olvidado de Jaume; quien, aunque no pudo estar presente, recibirá para sus proyectos parte de la recaudación de la noche.
“Estamos emocionados. Hemos trabajado mucho para que todo sea perfecto. Todos queremos divertirnos esta noche”, nos decían Ixchel Urban-Marsal, Sergi Trillas y Germán González -el equipo gestor responsable del éxito de Carpe Diem durante estos 10 años- antes de que las puertas fueran abiertas a sus invitados. Decoración perfecta y muy cuidada, velas, iluminación adecuada, una selección de música excepcional y una cena correcta; todo para agradecer a sus amigos la fidelidad a este emblemático espacio de ocio, en una noche repleta de anécdotas.
Como la de ese cliente que se desplazó desde Copenhague hasta Barcelona expresamente para celebrar el 10 Aniversario del local y que a las 4:30h de la madrugada, pidió que se le sirvieran 55 botellas de Dom Perignon, con las que agasajó a todos los presentes. Con esta anécdota -que da una idea de la selección de la clientela de este Club barcelonés- el local batió el récord de España de venta de botellas de Dom Perignon -a cuyo Club pertenece por derecho propio-, a un cliente particular en una sola noche.
Un cliente batió el récord en España de compra de botellas de champán Dom Perignon en una sola noche: 55 botellas con las que invitó a todos los asistentes que se encontraban en ese momento en el local. Un ‘regalo’ muy especial para el Carpe Diem Barcelona en su X Aniversario
La socialité Laura Ponte, la actriz Natalia Verbeke, el empresario Rafa Medina acompañado de su esposa, Laura Vecino; la cantante Rebeca, la modelo Verónica Blume, el actor José Corbacho también acompañado de su esposa, Anna Barrachino y la actriz Natasha Yarovenko, no quisieron perderse la celebración más ‘cool’ del año; a la que también asistieron el productor musical Pino Sagliocco, el humorista Manel Fuentes, la diseñadora Mireia Ruíz y Albert Adrià, el gerente del restaurante de tapas Tickets.
El Carpe Diem Barcelona inicia, tras esta celebración, una nueva década; en la que, seguro y sin detenerse en la autocomplacencia, seguirá trabajando para agrandar una agenda de acólitos procedentes de todos los lugares del mundo, que saben -a todas luces- donde tendrán siempre un lugar reservado y un trato exquisito, según sus preferencias, a orillas del Mediterráneo. Porque ese es el secreto del Carpe Diem. Saber recibir a sus clientes como si fueran únicos en el mundo.
Gema Castellano
@GemaCastellano
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