Domino Records
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tLos grandes ríos tienden en su desarrollo fluvial a la serenidad, a un final caudaloso que es como un sosegado mar lineal que, con frecuencia, ofrece pocos datos de su forma y lugar de nacimiento. Algo así es «The For Carnation», un disco sosegado, caudaloso y sereno que ofrece un paisaje que esconde el verdadero origen del disco. El proceso de creación se remonta al 97 cuando aún Britt Walford era parte de THE FOR CARNATION. Unas grabaciones de aquella época sirven de sustento a este disco, rehechas por el trío que cimienta la banda (Todd Cook, Brian y Michael McMahan) y, posteriormente, redefinidas y concluidas con una nueva formación (se incorporan Bobb Bruno y Steve Goodfriend) y la ayuda en tareas productivas de John McEntire. Un largo proceso de construcci¢n iniciado en Los Angeles y concluido en Chicago, con media docena de estudios visitados y dos largos a_os de labor que, si no lo lees en los cr’ditos, no te lo crees porque el resultado final es homog’neo y no ense_a ni el trauma del abandono de Walford ni el largo recorrido hasta su publicaci¢n. Como un gran r¡o, ignorando sucesos en su tramo final, viviendo onicamente del presente y calibrando el pasado como lo que vale, como referencia, onicamente. «The For Carnation» no entiende de prisas ni sofocos. Ni la voz de Brian McMahan ni las ayudas de otras vocalistas ocasionales (Rachel Haden, Kim Deal) impiden que ‘ste pueda ser considerado un disco de instrumentales narrativos, de un biorritmo lineal apenas alterado, de una placidez tan minimal que desconcierta, de una pegada tan obtusa que s¢lo notas el K.O. cuando despiertas con la lona besando el cielo de tu boca. Un disco conmovedor desde su aislamiento, parco en acrobacias pero decidido y consciente de su desembocadura final, una emoci¢n abierta y limpia de esquirlas que da_en su pureza. t
