Publicar un disco instrumental es siempre arriesgado. Si además se trata de un disco de piano de corte clásico con temas compuestos por un músico proveniente de la escena pop el tema puede tener algo de suicida. Por suerte, Dustin O’Halloran ha pasado por alto los posibles miedos permitiéndonos disfrutar con uno de los trabajos más brillantes y delicados publicados en los últimos meses. Como él mismo dice: “Siempre había sentido el piano como el instrumento más cercano para poder expresarme con claridad. Dudé antes de tocar estos temas ante nadie al ser tan personales, pero al final pensé que eso es lo que la música debe ser… vulnerable. No me puedo esconder ante nada como puedes hacer en una banda de rock, es tan sólo yo y el piano y todo lo que puedo ofrecer a través de él”.
Una apuesta arriesgada teniendo en cuenta que la formación como pianista de Dustin, iniciada a los siete años, se vio interrumpida cuando tenía trece y no la volvió a retomar hasta que conoció a Sara Lov y se embarcaron en un proyecto común: Devics. Dustin pronto empezó a trabajar en piezas sólo para piano, algunas de las cuales podemos encontrar en los primeros discos del grupo. Ahora se ha decidido a editar un disco íntegramente dedicado a explorar su faceta más desconocida como compositor de corte clásico.
Grabado en su casa, en Italia, con un SABEL alemán de los años 30 restaurado, “Piano solos” es un disco de inspiración clásica en el que se deja notar la influencia en la formación musical de O’Halloran de los grandes maestros de la historia de la música: Satie, Chopin, Arvo Part, Debussy, Beethoven… En sus composiciones, sin embargo, también encontramos el pulso contemporáneo con una belleza oscura y postmoderna que lo acerca a la intensidad emocional del post-rock de grupos como Mogwai o Godspeed You! Black Emperor.
Un disco con vocación de atemporal en el que Dustin O’Halloran demuestra ser un gran compositor capaz de salir airoso de un reto tan ambicioso y de hacerlo con un gran disco, delicado y nada grandilocuente.