Esto quiere decir que 1.671.956 trabajadores, lo que equivale aproximadamente a todos los habitantes de Sevilla y su provincia, se levantan cada mañana sabiendo que la destrucción de su imagen profesional y social, el impedirle realizar el trabajo que les gusta y consiguieron con esfuerzo, la humillación, el aislamiento, el deterioro de las relaciones familiares, la incomprensión de los compañeros y amigos, etcétera, les esperan durante todo el día y las pesadillas, en que vuelven a repetirse las humillaciones sufridas, le impedirán dormir la noche siguiente. Y esto durante meses o años hasta que el deterioro físico y psicológico les lleve a solicitar el despido, la baja laboral, o el cambio de su puesto a otro, impuesto por la empresa, donde todo se volverá a repetir.
En España los sindicatos, grupos políticos y los profesionales en Salud Laboral han conseguido que el problema se conozca y que el 19 de junio pasado el Senado, por unanimidad, aprobara instar al Gobierno a modificar la ley y adoptar las medidas para evitarlo.
Enhorabuena a Juana S nchez por la labor divulgativa
de esta lacra social.
Juan Manuel Molina Vald’s
Jefe de Prensa de Provida de Andaluc¡a
