Realmente, la cabriola financiera realizada la pasada semana por el grupo Luksic, dejó atónito a más de uno, y aún cuando incluso las autoridades chilenas se felicitaron por esta hazaña, el BSCH ( Banco Santander Central Hispano) no se da por vencido.
En menos de 24 horas, – como ya informamos en Informativos.Net -, a través de Quiñenco,- su sociedad matriz -, los Luksic concretaron la venta del Banco de Santiago con el BSCH, lanzando horas después una oferta de recompra, mediante la adquisición de acciones por valor del 45% de la entidad financiera.
Tras recibir 600 millones de dólares de manos del BSCH por el Santiago, cuyas acciones se valorizaron en aproximadamente 11 dólares, los Luksic ofrecieron un mínimo de 9,6 dólares por cada acción,lo cual implica un desembolso de 900 millones de dólares.
Los más aprensivos no han podido esconder su alegría, ya que no dejaba de ser criticable en amplios círculos financieros chilenos, el hecho de que más del 30% del mercado de crédito de Chile, estuviera en manos de un solo grupo empresarial y además español.
Esta OPA debería regularizar al mismo tiempo la situación estrambótica en la que se encuentra el Banco Central, ya que no es normal que participe en una entidad financiera privada; situación a la que llegó tras intentar solucionar el problema de la deuda subordinada hace casi dos años.
Los Luksic son dueños del 35,45% del Santiago, y están decididos a retomar su control aunque necesitarán también el 10% que está en manos de los accionistas minoritarios y de los fondos de pensiones.
Aún así el BSCH ha sabido aguantar el requiebro, manteniendo su participación en el Santiago del 43,5%, con carácter de inversión financiera. Esto le supone tener al menos tres directores en el Santiago, lo que le permitirá conocer las jugadas de los Luksic de primera mano, así como poder ejercer el derecho de controlador, mientras espera que se resuelvan los conflictos de propiedad y alguna buena oferta del mismo Luksic, que le permita hacer un buen negocio.
Algunos, – los más intrépidos -, apuestan por una contraoferta del BSCH que haga temblar a los chilenos, y otros, aseguran que compartirán sociedad.
Por ahora no hay nada escrito, pero tratándose de Luksic y Botín,el culebrón financiero está servido.
LUKSIC Y BOTíN: EL CULEBRóN ESTá SERVIDO
211