El pasado martes el Jefe del Ejército, general Martín Balza, se presentó, sin que nadie lo llamara, ante la jueza que investiga la denuncia contra militares por espionaje. El objetivo fue defender al comandante del tercer cuerpo, y a la vez dejó sin apoyo a los sospechosos,que fueron separados de la fuerza.
El ejército argentino está cada vez más comprometido por las denuncias contra tres militares, que habrían realizado espionaje para saber detalles de una causa judicial contra un alto jefe de la última dictadura militar.
La investigación objeto del espionaje trata sobre la responsabilidad del ex dictador Benjamín Menéndez, en los casos de robos de bebés hijos de desaparecidos en la provincia de Córdoba,un lugar donde la represión fue especialmente feroz.
La abogada que representa a las familias de los bebés robados, María Elba Martínez, desconfió de la aparición del Jefe del Ejército ante la Justicia y aseguró que el general Balza «nunca favoreció las investigaciones y nunca tuvo un actuar concreto en relación con lo que decía».
Según la abogada, el ejército separó a los espías para no dañar la imagen de la institución. Pero, aseguróque con esa medida la cúpula militar «acepta la responsabilidad sobre sus subordinados» y escapa a la responsabilidad de hacer una investigación a fondo sobre la denuncia.
No es la primera vez que el Jefe del Ejército deja sólo a un subordinado, para proteger a la cúpula militar. Hasta ahora le ha dado resultado, salvo en el caso del general Cabanillas, el Jefe del segundo cuerpo del Ejército, que en poco tiempo más puede ser detenido por su responsabilidad directa en el robo de hijos de desaparecidos. (Ar/Qr/Mt/Pl/ap)
ESPIONAJE SOBRE ROBOS DE HIJOS DE DESAPARECIDOS EN ARGENTINA.
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