Mientras el lunes 17 de mayo toda la comunidad financiera estaba pendiente del grupo Luksic y su fracasada OPA sobre el Banco de Santiago, el Banco Central de Chile dejó atónitos a todos suscribiendo un pacto de accionistas con el BSCH, por el cual le otorgaba el derecho a ser el primer comprador si llegara el caso. Hay que hacer notar que con esta jugada maestra, la entidad hispana está en condiciones de controlar los dos bancos más grandes, – el Santiago y el Santander -, del sistema financiero chileno, limitando además la posibilidad de que una tercera institución tome el control sobre el Santiago.
Esta cabriola financiera ha roto el equilibrio en el sistema, presentando un escenario de concentración excesiva de la banca altamente criticada por el ex superintendente de bancos ,- Guillermo Ramirez -, que podría llevar a una situación de oligopolio en el sector, si las dos entidades optan por una actitud agresiva para incrementar el mercado.
No olvidemos que el BSCH se comprometió con la autoridad competente a mantener la independencia entre los dos bancos y que incluso existe un marco legal adecuado, – según el banco Central -, pero en cualquier caso el Fiscal General económico, – Rodrigo Asenjo -, tiene sus dudas sobre las intenciones de grupo y ha iniciado una investigación sobre las condiciones de dicho acuerdo, sobretodo desde que el BSCH decidióla semana pasada colocar a siete ejecutivos españoles en la junta directiva.
El pacto de accionistas que el Banco Central firmó con el BSCH tiene sus lagunas legales, ya que , – entre otras cuestiones -, no corresponde a una entidad estatal firmar un pacto de accionistas con una entidad comercial, sin crear dudas de credibilidad en los mercados.
El hermetismo del Banco Central sobre el acuerdo con el BSCH ha sentado mal a los accionistas minoritarios y los compromisos que adquirió el Central tras la firma también son una incógnita. Según ciertas filtraciones, el BSCH se habría comprometido a vender uno de sus bancos en el transcurso de un año, pero en cualquier caso, la operación entre el Central y el BSCH no goza de la transparencia necesaria para convencer ni a los mercados ni a la Fiscalía.
EL BSCH NO CONVENCE EN CHILE
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