Al menos treinta y dos muertos es el saldo que dejan los asaltos de paramilitares y de guerrilleros en los departamentos de Santander y Norte de Santander, en Colombia.
Campesinos de Norte de Santander denunciaron que el domingo llegaron unos 400 paramilitares de derecha y asesinaron al menos 20 personas en la localidad de La Gabarra. Los paramilitares habrían sacado a las víctimas de sus casas para ajusticiarlas por supuesta colaboración con la guerrilla.
La Gabarra es una población del norte de Colombia con una población de quince mil habitantes. El Obispo de Tibú, Monseñor José Quintero, había advertido con oportunidad a policías y militares sobre la presencia de paramilitares en esta zona, sin que los efectivos hayan tomado alguna medida.
Mientras tanto en la capital de Santander, Barrancabermeja, murieron al menos unas doce personas. Se presume que 2 de los muertos son militantes del Ejército Popular de Liberación, EPL, y que habrían caído en un ajuste de cuentas con las fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC.
El politólogo de la Universidad Nacional, Alejandro Reyes, dijo que en Barrancabermeja la guerra «se libra calle por calle y manzana por manzana» entre paramilitares y guerrilleros que se disputan el control territorial. Reyes dijo que esto es un reflejo del conflicto armado que vive Colombia.
Hace un mes, un Tribunal Internacional de Opinión, juzgó y encontró responsable al Estado colombiano por la masacre de más de 30 civiles, que sin ser combatientes murieron el 16 de mayo de 1998.
Según el Tribunal, la fuerza pública tuvo responsabilidad en estos hechos por no proteger a los civiles del ataque de los paramilitares. Policías y militares habían sido alertados sobre la presencia del grupo armado en la zona.
Además, el gobierno debe afrontar una oleada de secuestros perpetrados por los paramilitares y la guerrilla que sume a la población en el terror, aún más si cabe, pero ciertamente las las dudas de algunos sobre la buena voluntad del ejecutivo para terminar con el mal que está masacrando Colombia, son cada vez más fundadas.
El gobierno colombiano ordenó a todos los puestos fronterizos del país prohibir el ingreso del obispo católico alemán, Emilio Sthele. Este obispo ha colaborado en innumerables oportunidades en la liberación de personas secuestradas.
El coronel Germán Jaramillo, director del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, dijo que la orden se dio debido a que no se sabe cuál es el procedimiento que usa el obispo para lograr la liberación de las personas.
Y es que el obispo Sthele, quien radica en la diócesis de Santo Domingo de los Colorados, Ecuador, ingresaba a cualquier país en donde se lo requería con visa de turista, lograba la liberación de las personas y salía de ese territorio sin más ni más.
Pero las leyes colombianas prohiben ese tipo de actividades, a menos que se obtenga un permiso presidencial.
Sthele ha entrado en Colombia en 50 oportunidades desde 1996, para realizar gestión de liberación de personas en manos de la guerrilla.
El obispo colombiano Augusto Castro dijo que esa orden responde a una actitud injustificada contra Sthele, quien sólo realiza actividades humanitarias. Así el obispo alemán no podrá ayudar en la liberación de los feligreses secuestrados por el rebelde Ejército de Liberación Nacional. (Co/CN/Au-Ig-Rb/Dh/mc)
EL OBISPO STHELE NO ENTRARá A COLOMBIA
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