La nueva oleada de masacres paramilitares y el reconocimiento político que implica la reunión entre el Ministro del Interior Humberto de la Calle y el jefe paramilitar Carlos Castaño ha llevado a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a congelar el proceso de paz.
Las FARC y el gobierno nacional llevan dos años dialogando en una zona desmilitarizada en el selvático sur del país. La guerrilla no se levanta de la mesa de diálogo por completo, pero anuncia que se suspende su participación hasta recibir una aclaración satisfactoria por parte del presidente Andrés Pastrana.
ôNo vemos interés por parte del gobierno en trabajar por la paz con justicia social. Existe una política paramilitar del Estado, orientada por un sector del ejército que directamente participa en acciones contra la población civil y desarmadaö, dice Raúl Reyes, uno de los máximos dirigentes de la organización insurgente en una entrevista con la Agencia de Noticias Nueva Colombia con sede en Suecia, ANNCOL.
PARLAMENTARIOS SE AUTOSECUESTRARON
Oficialmente el Ministro del Interior se reuni¢ con el jefe paramilitar el 6 de noviembre para exigirle la libertad de un grupo de parlamentarios que se encontraban en el poder de los paramilitares.
Pero segon un documento dado a conocer por la organizaci¢n guerrillera, los parlamentarios se «autosecuestraron», y fueron voluntariamente a un campamento de los paramilitares para posibilitar bajo un pretexto humanitario la celebraci¢n de esta primera reuni¢n de alto nivel entre Casta_o y un representante del gobierno.
Hoy las FARC manifestaron a negociadores del gobierno reunidos en la sede de los di logos de paz en Los Pozos, que no aceptan los intentos de legitimar a los grupos paramilitares.
«El Presidente de la Repoblica tiene que definir si quiere reconocer y avalar las bandas paramilitares ¢ si tiene inter’s en la paz», dice Raol Reyes.
Reyes revela que el presidente Andr’s Pastrana personalmente ha prometido al comandante en jefe de las FARC Manuel Marulanda V’lez comprometerse con luchar contra el paramilitarismo. Ahora los insurgentes culpan al presidente por incumplir su palabra.
MASACRES CAUSA RUPTURA
La ruptura en el proceso de paz no solamente se debe a la reuni¢n celebrada en el campamento de Casta_o. Ha sido tambi’n decisivo la oleada de masacres cometidos por paramilitares como el asesinato colectivo de 17 campesinos, ni_os y ancianos en el pueblo de Granada, Antioquia el pasado 3 de noviembre y las repetidas masacres en el puerto petrolero de Barrancabermeja, explica el comandante guerrillero.
Adem s menciona la abierta cooperaci¢n entre fuerzas militares y paramilitares en los combates provocados en la aplicaci¢n del «Plan Colombia» en el departamento de Putumayo como causante de la «situaci¢n compleja» en cual se encuentra el proceso de paz ahora.
«Las FARC no reclamamos cuando en combate hay guerrilleros muertos porque son hombres lanzados en armas contra el Estado. Pero eso es muy distinto a cuando los paramilitares asesinan a gente desarmada que no son guerrilleros, que en muchos casos ni siquiera son amigos de la guerrilla», dice Reyes.
«Se sigue asesinando gente desarmada, se sigue aumentando el desplazamiento de colombianos. Nadie entienda como las Farc continoan dialogando con un gobierno que no lucha contra el paramilitarismo».