El triunfo presidencial del republicano George W. Bush podría traer algunos cambios en las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela, señalan analistas nacionales e internacionales. Aunque para muchos el posible «endurecimiento» del trato del Departamento de Estado norteamericano hacia nuestro país es un temor a priori, un cuento de «el coco» a superar, el nombramiento de Colin Powell como sucesor de Madeleine Albright, podría ser la primera advertencia para la espontánea política exterior del presidente Hugo Chávez. Si bien el ejercicio de la soberanía seguirá siendo el bastión que justifique los actos internacionales del gobierno venezolano, la paciencia del nuevo huésped de la Casa Blanca tal vez no sea tan «amplia» como la demostrada por los demócratas. A juicio del politólogo Herbert K÷eneke, un posible cambio en las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela dependerá de la actitud que asuma el gobierno del presidente Chávez no sólo frente al grande de América sino también frente a los pa¡ses de la Comunidad Andina. K»eneke explica que la expectativa inicial frente al nuevo ocupante de la Casa Blanca surge en los pa¡ses donde los gobernantes practican orientaci¢n ideol¢gica incompatible con los intereses de Estados Unidos, lo que predispone frente a un posible cambio negativo que pueda aplicarse hacia esos pa¡ses. Como ejemplo, cit¢ el caso de Cuba, pa¡s al cual le habr¡a convenido la victoria de los dem¢cratas, pues George Bush cuenta con el fuerte apoyo de la comunidad cubana residente en Estados Unidos, condici¢n que lo fortalece para la toma de decisiones contra el gobierno de la isla caribe_a. «Si atamos cabos y vemos que Ch vez es un fan tico de Fidel Castro, entonces podr¡amos pensar que el Gobierno hubiese preferido que ganara Al Gore, por nuestras relaciones incondicionales con Cuba. Pero tampoco creo que Venezuela se vaya a convertir en una preocupaci¢n especial para Bush, aunque estar n muy pendientes de Venezuela por haberse convertido en la piedra en el zapato para los pa¡ses andinos», a_adi¢ el catedr tico. Herbert K»eneke se_al¢ que los afanes de Ch vez por mantener la idea de la Otan latinoamericana, que no es otra cosa que la integraci¢n militar; por enviar emisarios a hablar con la guerrilla; por interferir en los asuntos internos de sus vecinos y por descalificar a la tradici¢n pol¡tica de los pa¡ses (oligarcas en Colombia) son detalles que seguir muy de cerca la nueva administraci¢n estadounidense. El catedr tico advirti¢ que en la medida en que el gobierno del presidente Ch vez se convierta en un motor de desestabilizaci¢n en la regi¢n andina, puede generar malestar en Estados Unidos. A su juicio, si el Gobierno mantiene prudencia demuestra su fuerte valoraci¢n de la democracia, «pero mientras este gobierno comunistoide» se empe_e en mantener el clima de enfrentamiento con sus vecinos y con Estados Unidos y se acerque cada vez m s a reg¡menes como Libia, Iraq y Cuba y siga llamando oligarca a todo el mundo, «obviamente sentiremos el rigor norteamericano». «Mientras las cosas no se salgan de su cauce, Estados Unidos no llegar a intimidar a Venezuela, pero si la situaci¢n comienza a deteriorarse en el rea andina y se demuestra que Venezuela es responsable de esa desestabilizaci¢n, podr¡an aplicar sanciones econ¢micas», dijo el analista. Aram Aharonian Corresponsal Informativos.Net en Caracas
SE PRESAGIAN CAMBIOS EN LAS RELACIONES ENTRE WASHINGTON Y CARACAS
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