El último 27 de diciembre, los ecuatorianos y ecuatorianas
recibieron un balde de agua fría al conocer el incremento en las tarifas de
transporte público en un 70 por ciento, sumado al incremento en el precio
del gas y la gasolina. La medida provocó la reacción de diferentes sectores
sociales que desde el 2 de enero expresan su protesta en las calles.
El Consejo Nacional de Tránsito de Ecuador, que lo preside un
delegado del gobierno, acató la decisión del juez penal que suspendió la
elevación de tarifas de transporte. En actitud contraria, los dirigentes de
los transportistas instaron a sus bases a desobedecer la medida por tiempo
indefinido. La instrucción se cumplió desde las primeras horas del jueves
de manera total.
Analistas económicos habían señalado que el incremento en los
pasajes de transporte público era arbitrario. Según ese criterio, no
existen los justificativos para que la elevación de tarifas se haya dado en
un 70 por ciento. Aseguran que la medida es desproporcionada en relaci¢n a
la econom¡a dolarizada de Ecuador.
El paro de los transportistas ecuatorianos se sinti¢ de manera
especial en Quito. La circulaci¢n de buses urbanos e interparroquiales fue
nula. Los taxis circularon de manera totalmente restringida. El trole-bus
tambi’n brind¢ un servicio irregular que a momentos se torn¢ nulo por la
presencia de manifestaciones estudiantiles y gremiales.
(Ec/QR/Gr-Ci/Cs-Pe/pt).