Pancartas y cánticos ponían en claro su demanda: Que el gobierno español legalice su estancia y su trabajo y les otorgue la documentación correspondiente. La marcha comenzó con entusiasmo. El transcurso de las horas y el lógico cansancio acumulado no alcanzaron a borrar la ilusión y las sonrisas.
En algunas poblaciones con importante radicación de inmigrantes, decenas de personas se sumaron a la caminata. Tal el caso de Totana, una localidad donde el número de inmigrantes ecuatorianos supone casi la cuarta parte de la población total de 20 mil habitantes.
El amanecer les encontró a unos 30 kilómetros de Murcia, con buen ánimo. En algunas localidades, los vecinos salieron para aplaudirles y ofrecerles agua, jugos o galletas.
En las filas de los caminantes, predominaban los rostros
sudamericanos y las banderas ecuatorianas, aunque también había algunos colombianos, chilenos, argentinos o peruanos, norteafricanos y de países del este europeo.
Sin embargo, cada tanto, el rumor de las voces que poco a poco sub¡an su tono, «Ecuador, Ecuador», dejaba clara la identidad nacional que predominaba en la marcha.
Dora Aguirre, portavoz de la Asociaci¢n Rumi_ahui, expres¢ al corresponsal de Polsar su confianza en poder conseguir alguna soluci¢n que permita a los inmigrantes continuar con su trabajo en los campos de Murcia.
Record¢ que muchos de los inmigrantes tienen deudas importantes por el coste del viaje desde Quito. Y que su trabajo es una necesidad imperiosa en la comarca agr¡cola murciana, tan apremiante como lo es su necesidad de trabajar y cobrar el jornal.
Por el momento, los productores han paralizado la contrataci¢n de inmigrantes «sin papeles» . Temen que los inspectores de trabajo les apliquen multas y sanciones. Piensan que as¡, tambi’n presionan al gobierno para que disponga alguna forma de soluci¢n al problema.
Casi dos millares de personas fueron las que se concentraron
frente a la delegaci¢n del gobierno en Murcia. Exhaustos pero satisfechos por su marcha, los inmigrantes piensan que ahora la palabra la tiene el gobierno espa_ol.
Esperan que la solidaridad recibida durante la caminata, sea
completada por una soluci¢n gubernamental.
Asistentes de la Cruz Roja debieron atender a varias personas durante la marcha. Presentaban ampollas en los pies, y otros s¡ntomas de cansancio. Entre los caminantes hubo algunas embarazadas, que pese a su estado, insistieron en continuar hasta Murcia.
Algo qued¢ claro: las muestras de simpat¡a y solidaridad de los vecinos, que prevalecieron a lo largo de la marcha. La comunidad ecuatoriana se ha ganado el respeto y el afecto de la gente comon. Son reconocidos como gente «seria, responsable y trabajadora».
Pocos pueden haber quedado indiferentes ante las im genes de estos cientos de hombres y mujeres de andar firme y sonrisa casi permanente. Su actitud laboriosa y su gesto amistoso, son la mejor carta de presentaci¢n ante una sociedad que les recibe con simpat¡a.
La frontera real a su disposici¢n y voluntad, son las normas
estrictas de la Ley de Extranjer¡a que limita la radicaci¢n de los inmigrantes. Si el gobierno no dispone alguna medida de excepci¢n, los «sin papeles» podr¡an ser expulsados en forma autom tica del territorio espa_ol. (Euro/QR/Po-Ci/Cs/ap)
Carlos Iaquinandi Castro