Con la presencia del embajador ecuatoriano, miembros de organizaciones humanitarias y familiares, fueron despedidos en el aeropuerto de Barajas los doce féretros de las víctimas.
Los familiares optaron por el traslado de los cuerpos, sin una previa incineración, que inicialmente había sido sugerida por portavoces del gobierno ecuatoriano. Procuraban reducir los costes de la operación de repatriar los restos.
Finalmente, Iberia al hacerse cargo del traslado, las familias se inclinaron por enviar los restos tal como se encontraban durante el funeral: en sus ataúdes.
Sin confirmación oficial, trascendió que las esposas de los
fallecidos recibirán una importante indemnización del gobierno español, sin tener en cuenta si tenían o no sus papeles legales. (Euro/QR/Ci/Cs/ap)
Carlos Iaquinandi Castro