El mismo informante corrobora que la supuesta «toma» de la planta de Refinor por piqueteros armados fue armada por la propia empresa y que los trabajadores en lucha jamás entraron al recinto de la petrolera.
Las revelaciones del gendarme confirman uno a uno los argumentos del Partido Obrero. No se ha podido probar la existencia de un solo francotirador ni el uso de armas de fuego por los piqueteros, los muertos son del pueblo, los heridos «graves» de la gendarmería se repusieron en horas, las pericias que permitirían establecer el calibre de las balas están demoradas porque confirmarían que las «bandas armadas» operaron en el campo del gobierno y no en el del pueblo.
A partir de estas pruebas exigimos que se vaya el gobernador Romero; que el juez Cornejo deje la causa; que se intervenga a la empresa Refinor y que se someta a juicio a las autoridades de Pérez Companc y se libere a nuestros compañeros Barraza, Raineri y Gil.