Los ruidos producidos por los fuegos de artificio de la política, de cara a los comicios legislativos del 14 de octubre próximo y la falta de noticias certeras de si el Estado llegará a reprogramar el coste de financiación de la gravosa deuda externa, fueron los detonantes para que este jueves 6 se transaran ûen el recinto de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires- poco más de 12,4 millones de pesos (la moneda argentina cotiza a la par con el dólar). Exiguo monto si lo comparamos con los casi 40 millones diarios que se negociaban a comienzos de 2001.
El saldo de las 43 acciones operadas, arrojó 29 bajas, 7 alzas y las otras 7 no tuvieron cambios respecto de lo cotizado el miércoles 5, determinando que el MerVal se contrajera el 2,03%, cerrando en 306,95 puntos.
De los 7 papeles que tuvieron un respiro, merecen resaltarse los dos que conforman el panel del MerVal: Acindar û4,84%- y Ledesma, 055%.
En el extremo opuesto, las mayores pérdidas se los llevaron Telefónica con el 4,62% y Banco Santander Central Hispano – Banco R¡o, con un 4,59%.
Por su parte, el Embi+ (segon sus siglas en ingl’s) que elabora la banca JP Morgan, y que muestra la confianza o no de los tenedores de bonos de deuda de las «econom¡as sumergidas» -tal es el caso de la Argentina- tuvo un crecimiento del 4,59% dejando al riesgo pa¡s en 1460 pb.
Esa elevaci¢n fue producto del derrumbe de su t¡tulo estrella, el «Bono Global 2008», que perdi¢ 3,13% con relaci¢n a la cotizaci¢n de la jornada precedente.
El mal humor que les provoca a los tomadores de acciones y t¡tulos las idas y vueltas en la coalici¢n de Gobierno, que no termina de definir si las diferencias entre Raol Ricardo Alfons¡n, jefe nacional de los radicales -la principal savia de la coalici¢n- y su correligionario, el Jefe de Estado, son de fondo o forman parte del maquillaje pol¡tico a que nos tienen acostumbrados ambos dirigentes.
Al grueso de los inversionistas, les apetecer¡a que el Mandatario laudara esas divergencias, que estriban en si la Argentina deber¡a o no reprogramar su deuda externa.
Cuesti¢n que a esta altura de la historia, ni admite discusi¢n porque son los mismos acreedores los principales interesados en que se refinancie, ya que de esa forma se garantizar n el cobro de los intereses y los servicios de la deuda.
Empero, Alfons¡n -viejo zorro de la lidia pol¡tica- lanz¢ la idea de la reprogramaci¢n porque aspira a llevar agua para su molino, puesto que puja – en las pr¢ximas elecciones- por una banca en el Senado.