Desde la hora 11:00, cuando el parquet de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires comenzaba a calentarse, el índice MerVal (Mercado de Valores) ya mostraba los dientes. Y el riesgo país movía sus tentáculos lentamente al alza.
La atención de los operadores, los de la Argentina y los de allende los mares, miraba ûeste viernes 7- a Washington. Allí, el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional se aprestaba a aprobar el desembolso extra, de unos 8 mil millones de dólares, que estipulaba la Carta de Intención rubricada ûla semana anterior- entre el Gobierno del radical Fernando de la Rúa y los funcionarios del organismo de crédito.
Mientras la tan esperada noticia se demoraba, el MerVal seguía desmoronándose y el termómetro de la banca Morgan cortaba el aire de no pocos operadores financieros.
En ese marco, las 17:00 marcaron la clausura de las actividades en el recinto de la bolsa porteña.
El escaso volumen de 7,8 millones que se transaron, y el desplome de gran parte de los papeles cotizados fueron los causales de la ca¡da del 2,23% en el MerVal, cerrando en 300,10 puntos, lo que llev¢ a que el ¡ndice burs til acumulara -en la primer semana de setiembre- un negativo 6,2%.
Solo 39 acciones se movieron en el recinto de Sarmiento y 25 de Mayo, exhibiendo un saldo de 5 alzas, 26 bajas y 8 papeles sin cambios respecto a la jornada precedente.
El punto a resaltar fue que de los papeles que conforman el panel del MerVal ninguno pudo respirar, mientras que el aire les falt¢ a Telef¢nica -3,4%-, Telecom -2,66%- e IRSA -2,16%-.
En tanto, el «Bono Global 2008» -el estelar del medidor de riesgo pa¡s- se hundi¢ el 1,5%, por lo cual el Embi+ (segon sus siglas inglesas) creci¢ 2,3%, estacion ndose en los 1489 puntos b sicos.
As¡ las cosas, la aprobaci¢n del FMI del paquete financiero adicional de 6 mil 300 millones -y no de los 8 mil millones de d¢lares- se conoci¢ cuando la improductiva actividad burs til hab¡a llegado a su fin.
«Por suerte tenemos dos d¡as (el fin de semana) para reponernos», indicaba uno de los conspicuos visitantes de la «city» capitalina. Y a_ad¡a, al pasar delante de la Catedral Metropolitana, confesaba: «El lunes, esperemos que Dios empiece a jugar por Argentina».