En ese sentido, comentó que el líder caribeño, en un discurso declaró: «La conmoción unánime que en todos los pueblos del mundo causo el demencial ataque terrorista del 11 de septiembre contra el pueblo norteamericano, creo las condiciones excepcionales para erradicar el terrorismo sin desatar una inútil y tal vez interminable guerra».
El terror fue siempre instrumento de los peores enemigos de la humanidad para aplastar y reprimir la lucha de los pueblos por su liberación. No puede ser nunca instrumento de una causa verdaderamente noble y justa».
El diplomático, en su discurso, señaló que en lugar ôde la guerra, es necesario organizar la cooperación internacional para lanzar acciones globales efectivas, con arreglo al Derecho Internacional, la Carta de las Naciones Unidas y las Convenciones Internacionales pertinentes, basadas en la fuerza extraordinaria del consenso y la voluntad soberana y unida de todos los Estadosö.
Puso de relieve que para ello ôbastaría devolverle a la Organización de Naciones Unidas las prerrogativas arrebatadas y que sea la Asamblea General, el ¢rgano m s universal y representativo de esa instituci¢n, el centro de esa lucha por la paz, para erradicar el terrorismo con apoyo total y un nime de la opini¢n mundial. No importa cuan limitadas facultades ostente por el arbitrario derecho al veto de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, la mayor¡a de ellos miembros tambi’n de la OTAN (Organizaci¢n del Tratado del Atl ntico Norte). Atl ntico Norte (…) La formula de reintegrar a las Naciones Unidas sus funciones de paz es indispensable».
Bruno, remarc¢ que la ONU es «la coalici¢n universal que necesitamos para la lucha contra el terrorismo. Ninguna coalici¢n amorfa e impredecible, la OTAN y ninguna organizaci¢n militar, ningon grupo de Estados, por poderosos que estos sean, podr¡a sustituir a las Naciones Unidas en una acci¢n global y legitima contra el terrorismo».
Remarc¢ que el organismo no deber¡a «ceder sus funciones ni prerrogativas ante la imposici¢n de ningon pa¡s ni prestarse a servir, con una renuncia complaciente, intereses hegem¢nicos». Y agreg¢ que «a las Naciones Unidas, y solo a ellas, enfrentar con profundidad, serenidad, resoluci¢n y energ¡a, los graves problemas del mundo globalizado, entre los que se encuentra, con toda urgencia, el terrorismo».
Expres¢ su total respaldo al Secretario General de las Naciones Unidas (Kofi Annan) en su afirmaci¢n de que «esta Organizaci¢n es el foro natural en que construir una coalici¢n universal. Solo ella puede darle legitimidad global a la lucha a largo plazo contra el terrorismo».
Al tiempo se_al¢ que llegado «el caso, las Naciones Unidas tienen incluso la prerrogativa del uso de la fuerza en defensa del principio de seguridad colectiva, pero esta excepcional prerrogativa debe ser usada con extrema prudencia y responsabilidad».
M s adelante expreso que su pa¡s comparte los llamados «a la prudencia y a la moderaci¢n que llegan de todas las regiones», sosteniendo que no «se puede responder a los ataques terroristas del 11 de septiembre con acciones de venganza y de guerra, que traer¡an como consecuencia una espiral de violencia y de actos b rbaros todav¡a inimaginables hoy. La soluci¢n no radica en promulgar Leyes o Decretos que autoricen las ejecuciones extrajudiciales, que los Estados asesinen ciudadanos extranjeros, actoen de forma encubierta en otros pa¡ses violando leyes y fronteras o que usen la fuerza dentro de otros Estados».
«Los actos terroristas generalmente son realizados por grupos extremistas, e incluso personas individuales. Frente a un hecho de esta naturaleza, por grave que fuese, el derecho a la legitima defensa no debe ser invocado por un Estado poderoso para desatar unilateralmente una guerra que puede adquirir car cter global e impredecible, en la que morir¡a un incalculable numero de personas inocentes. Debe ser ejercido como el derecho de todos a la defensa comon de todos. Los pa¡ses del Sur ser¡an, a la larga, las potenciales victimas de acciones de fuerza, si aceptamos hoy la guerra con el pretexto de la lucha contra el terrorismo», se_al¢ Rodr¡guez.
Acto seguido, afirm¢ que la mayor de las Antillas «respalda las numerosas iniciativas en curso o en debate que podr¡an contribuir a la acci¢n de las Naciones Unidas, entre ellas las presentadas por el Movimiento de Pa¡ses No Alineados, como la convocatoria de una Conferencia de Alto Nivel sobre el Terrorismo Internacional, la creaci¢n de un Centro de Cooperaci¢n Internacional y la negociaci¢n de una Convenci¢n General sobre el Terrorismo Internacional. Estamos tambi’n dispuestos a examinar constructivamente otras iniciativas que puedan contribuir a la lucha contra el terrorismo y que cuenten con esa legitimidad que evocaba el Secretario General».
El Embajador, manifest¢: «Comparto la esperanza de que la tragedia del 11 de septiembre lleve a la reflexi¢n y a modificar las pol¡ticas, como desea el pueblo norteamericano, que alientan y en el fondo amparan el terrorismo contra mi pueblo. El terrorismo contra Cuba debe cesar».