En los últimos días arreciaron los cuestionamientos a la Comisión de la Verdad, organismo burocrático y burocratizante que diz que va a investigar lo ocurrido contra los derechos humanos en las dos décadas que pasaron. Sólo el hecho que tengan entre sus filas a Beatriz Alva Hart, ex-parlamentaria fujimorista, trae por los suelos, una idoneidad imprescindible para que sus juicios e indagaciones estén dotadas de imparcialidad rectilínea y credibilidad.
No otra cosa se puede decir cuando hay integrantes o embajadores de la Iglesia Católica entre sus miembros cuyo único e indiscutible propósito es blanquear el vergonzoso papel cómplice de la oficialidad católica con Kenya Fujimori. Por tanto, al margen de los cuestionamientos apristas a la CV, ésta ya tiene per se muchos sapos difíciles que tragar para dar confianza.
En la CV se han preocupado básicamente de garantizar las faltriqueras para que sus comisionados trabajen tranquilos con el estómago lleno y el corazón contento. No obstante que Lourdes Flores sostiene que esto no debe ser cuestionado, sí hay derecho a preguntarse ¿cómo es que un grupete de personas sí que puede ganar miles de dólares por acomodar la historia política cuando el resto de los peruanos muere de hambre y falta de trabajo? El gobierno transitorio de Valentín Paniagua fue un fiasco.
Todo lo dejó a medias pero una de las pocas cosas que hizo fue la Comisión de la Verdad y con allegados y amigos del cogollo por su pasado izquierdista o diz que vinculado a los derechos humanos. Cuando los derechos humanos se burocratizan se producen esperpentos de la más alta grosería. Pronto tendremos nuevas versiones de cómo se cometieron los crímenes pero no habrá ningún culpable a la vista o señalada por proditora, como es el caso flagrante de la Iglesia Católica y muy en especial el
de CFS (cuervo, fascista y soplón) Cipriani.
Desde un principio la lucha heroica por la CV fue un enjambre de apetitos, sólo los escogidos, sólo los que supieron acomodarse y acomodar a sus amigotes, fueron de la partida. Al antropólogo Rodrigo Montoya, el único quechuahablante en el proyecto príncipe, le desembarcaron con una facilidad pasmosa. De pronto él se entero que no participaba porque habían incluido a otro personaje de formación militar. Además, Montoya era muy incómodo, porque no suele otorgar asentimientos con facilidad, entonces, le expectoraron sin mayor explicación. Todo lo contrario a cuanto aconteció con Carlos Iván Degregori, Sofía Macher, Enrique Bernales, Rolando Ames y otros, cuya inolcultable trabazón con la Iglesia es palmaria.
¿Qué hay del señalamiento social? ¿Podría una CV integrada como es hoy por Beatriz Alva Hart, señalar a los criminales fujimoristas? ¡De ninguna manera! Es decir, la CV está castrada porque así conviene al sistema que promueve pañuelazos y mohínes para que parezca que estamos «investigando» cuando lo que se hace son morisquetas que justifican donaciones, sueldos, viajes y, ¡por supuesto!, ¡cámaras de televisión, titulares periodísticos y audiencias radiales! ¡No faltaba más! Quiere decir entonces que el juego de la carambola funciona a pedir de boca, si la CV fracasa, no interesa gran cosa, en cambio los políticos sí que habrían jugado perfectamente, sin invertir nada, para hacerse publicidad a raudales. ¡Qué tales conchudos!
Mientras que la «búsqueda» de la verdad se encarga a instituciones limitadas y cojas desde su nacimiento, la Campaña de Señalamiento Social iniciada por La Resistencia ya registró su génesis espectacular al haberse expectorado a una parlamentaria fujimorista de un restaurante barranquino. Con imbecilidad característica, Expreso ha querido convertir el intríngulis en un vulgar asunto racista y la tarada Luz Salgado llama morena a Martha Moyano. Ella no es morena, es negra y eso no tiene nada que ver con el repudio de que fuera objeto en días pasados. La gente abominó de esta señora por su vergonzoso y repugnante fujimorismo, no por negra o cosa parecida. ¿Es esa libertad de prensa, acomodar a intereses ridículos, la que practica Expreso? ¡Que Expreso defienda a capa y espada a sus pares y compinches es una cosa, otra que el público deba concederles crédito cuando esa casa editora fue antro de la corrupción que no cesa de mostrar sus múltiples aristas supérstites!
Politizar el tema como lo hacen los diarios con respecto a discrepancias apristas con la CV, es otro disparate. La CV nació congénitamente deforme y tarada porque su constitución fue de ese modo. Que hay que investigar el período aprista, por cierto que es una verdad irrecusable y si hay barbaridades y delitos, hay que denunciarlos, caiga quien caiga, así mida más de 1.90 mts. La verdad es mucho más dura y homogénea que una CV burocrática y tramoya de propaganda de sus miembros.
Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz y señalar socialmente a los delincuentes que convirtieron al Perú en un potrero de bestias, comechados y hampones. Entre éstos, los fujimoristas, se llevan las palmas del oprobio, pero no son los únicos, hay otros muchos más y hay que señalarlos con el dedo acusador por las calles o botarlos de los restaurantes o escupirlos para que entiendan que la gente tiene asco de ellos porque no merecen vivir entre demócratas.
Herbert Mujica