Por su lado, el viceministro, Gino Costa dijo en días pasados, que
los autores del hecho de sangre ya estaban reconocidos. ¿Quién miente aquí,
el ministro o el viceministro? Repárese que la ciudadanía entiende como
normal que luego de la visita de Bush y el estallido que costó la vida a 9
personas, es un hecho pasado, indigno de ser recordado y que pertenece sólo
a los arcanos de la investigación policial y no es así. No hay que descubrir
a los asesinos sino especular para cuando se los atrape y se les haga
confesar. ¿No es la lógica al revés?.
La tesis que un remanente rabioso de Sendero Luminoso operando por su cuenta
va anemizando su presencia. Hasta ahora no hay una sola demostración que
esto sea verdad, por el contrario todo apunta hacia comandos acostumbrados a
hacer de las suyas y que están libres porque nadie les echa el guante. Y en
los altos mandos militares y policiales, si no se sabe con certeza quiénes
son, sí tienen dudas sobre las actuaciones de cierta gentuza que se pasea
como Pedro por su casa por todo el país, aun cuando se sepa que tuvieron que
ver con todos los desmanes protagonizados por Kenya Fujimori, Vladimiro
Montesinos y sus comandos de aniquilamiento.
La noche del atentado las lágrimas brotaban incontenibles, luego vino la
farra visitante de Bush y sus abrazos con Toledo; la coincidencia de tenidas
en colores y corbatas y las promesas de costumbre. En menos de 48 horas, una
inspección a cargo del texano cambió la tristeza en esperanza y el llanto en
dólares por venir. ¿Cuánto de esta monstruosidad tiene en los medios de
comunicación cómplices sumamente sucios? Todos los periódicos, canales y
diarios recibieron avisaje millonario y esto deviene, como es regla, en una
mordaza elegante para evitar cuestionamientos o preguntas incómodas.
Ese sábado todas las instalaciones del Grupo 8, estuvieron a cargo de
oficiales estadounidenses. Nuestros ilustres coroneles, generales y mandos
medios de la FAP aprovecharon las vacaciones para visitar la ciudad y
divertirse mientras que los gringos manejaban una dependencia militar
peruana. ¿Y que tal si nos invadían en una operación blanca de
«entrenamiento» y se quedaban más de la cuenta? ¡No pasaba nada porque no
había quien defendiese al país de sus posibles intrusos. ¡Así es como se
maneja la seguridad en el Perú de Toledo! ¡No puede ser más repugnante el
servilismo mostrado por el país y por los rábulas que diz que tienen el
gobierno!
El terrorismo no es un fenómeno al que pueda tratársele con mano blanda y
episódica. Hay que combatirlo fulminantemente y evitar que esos atajos
parezcan válidos o legítimos. ¡Aquí hay un silencio rarísimo! El ministro
contradice al viceministro y ambos son parte de una comedia que pretende
echar tierra sobre muertos de reciente data que aún son incómodos para un
régimen que hace agua por todas partes. ¿Es concebible tanta estupidez sobre
quiénes fueron los criminales de la Av. El Polo? ¡Me temo que no y la
sociedad civil tiene que señalarlo con el dedo acusador!
Ahora más que nunca, deberían tomarse las medidas correctivas y meter al
calabozo a esos oficiales y militares desquiciados a quienes el miope brazo
de la justicia no alcanza porque hay otros intereses prioritarios e
innobles. Los hombres de uniforme saben bien que los gatillo-loco están
sueltos y que ellos han sido los autores del bombazo. El pretexto de echar
la culpa a SL parece algo trasnochado pero la cobardía es más fuerte que los
intereses del país.
¿Será que los hombres probos han desaparecido del Perú y de los institutos
militares?
