«El Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores podría enriquecer su agenda y su presencia internacional si asume iniciativas dirigidas a fortalecer la vida democrática en la región», recalcó al intervenir en la clausura del foro «Estado, Sociedad Civil y Democracia de las Américas. A un año de la Carta Democrática Interamericana».
El foro fue clausurado anoche por el Ministro de Relaciones Exteriores de Perú, Allan Wagner, quien felicitó a la Asociación Civil Transparencia por la iniciativa de organizar este «ejercicio de participación democrática», con el cual «se ha abierto de nuevo un camino para que la Carta Democrática no sea un punto estático de llegada sino un proceso que debe continuar».
Durante su intervención, Fernández de Soto destacó los dos niveles en que los países andinos tienen que actuar para fortalecer la vida democrática en la región: El primero es el de los grandes principios y valores que nos son comunes y que deseamos preservar. El segundo es el de las realidades sociales de cada uno de nuestros países.
«No puede haber dicotomía ni contradicción entre ambos. Por el contrario, el gran reto es aceptar y defender la propia identidad al mismo tiempo que se asume y defiende los grandes valores universales», recalcó.
Expresó su convencimiento de que «ha sido el ejercicio permanente de la democracia el que ha llevado progreso y calidad de vida a las sociedades. Y contrariamente, ha sido la tentación autocrática recurrente la que ha empobrecido a las sociedades».
Por ello, consideró que sostener el sistema democrático «es una responsabilidad nuestra, que exige un compromiso sostenido y profundo, que no podemos transferir a nadie».
Asimismo, recordó que la Carta Democrática Interamericana fue aprobada el fatídico 11 de setiembre y alertó sobre le peligro de enfrentar la amenaza terrorista apelando a aquella trampa «que busca provocar una dicotomía entre las demandas por seguridad y el disfrute de la democracia y las libertades».
Enfatizó que «uno de los mayores desafíos será lograr que las acciones a favor de la seguridad no pongan en peligro las libertades individuales y los derechos fundamentales», porque «los medios para enfrentar la barbarie deben ser consecuentes con el fundamento ético que nos separa de los agresores, que nos aleja del terrorismo de Estado y propicia la posibilidad de aprender a vivir juntos».
Por último manifestó que «el proceso de integración adolece de un déficit democrático» y que esto «ha sido y sigue siendo tarea y responsabilidad casi exclusivamente de nuestros gobiernos». Dijo que la participación ciudadana ha estado limitada a una contribución restringida de grupos empresariales y de grupos laborales y por eso «sorprende que el ideal de la integración aliente todavía en los ciudadanos andinos».
«Nos corresponde a nosotros satisfacer ese ideal asegurando que los beneficios que se deriven de nuestros afanes integracionistas alcancen a los ciudadanos andinos», recalcó.
El foro «Estado, Sociedad Civil y Democracia en las Américas. A un año de la Carta Democrática Interamericana» fue organizado por la Asociación Civil Transparencia, con el auspicio de la cancillería peruana y de la Secretaría General de la CAN, entre otros organismos.