Ahora, el embate para que se privaticen los bancos públicos es otro intento de arrebato al patrimonio estratégico de los argentinos, y apuntan a destruir uno de los últimos recursos que le queda al Estado como herramienta de política productiva: el crédito.
Las falaces excusas en que se fundamenta este embate ya las escuchamos cuando perdimos inútilmente los demás capitales estratégicos de la Nación.
El actual no es más que un negociado de consultoras internacionales intermediarias que está germinando a la sombra de infundados argumentos de «transparencia y adquisición de solvencia»
Los bancos públicos constituyen la única herramienta que tenemos los argentinos de transparencia de tasas, su privatización, aun parcial, es ponernos a los pies del oligopolio financiero de los bancos internacionales, los cuales demostraron que no quieren clientes de los sectores productivos, mezquinando sus créditos para las pymes urbanas y del agro, y despoblando al interior de la Nación de sucursales.
La Federación Agraria Argentina rechaza todo intento de privatización de la Banca Pública tal como lo ha venido haciendo históricamente. Porque estamos convencidos de que es necesaria una política financiera soberana, nos declaramos en estado de alerta y movilización contra este nuevo avance privatizador sobre nuestra banca pública.