En las dos grandes ciudades de Ecuador los alcaldes fueron re-electos. Jaime Nebot de la centra-derecha social-cristiana mantuvo Guayaquil y Paco Moncayo de la Izquierda Democrática retuvo Quito. Guitiérrez estaría siendo acorralado por el crecimiento de las oposiciones a su izquierda y derecha.
Los movimientos indígenas que inicialmente le apuntalaron le acusan de haberles traicionado y ‘vendido al FMI’. La derecha le acusa de no haber roto con poses populistas y de no aplicar consistentemente un programa monetarista.
Ecuador tiene una tradición de fuertes irrupciones sociales y de presidentes depuestos sin concluir sus mandatos. Guitiérrez, al igual que Chávez se hizo popular organizando un cuartelazo ‘izquierdista’, pero, a diferencia de Venezuela, no supo consolidarse asentándose en los sectores sociales marginales que votaron por él. Hoy ha enajenado a sus sustentadores originarios y no ha logrado reconciliarse con sus antiguos adversarios.
Isaac Bigio
Analista Internacional