Opinión del Lector

El pasado jueves estuve en una demostración aguantando un maldito frío y otras yerbas más para defender, validar y por supuesto darle mi bendición al compañero y hermano venezolano Presidente Hugo Chávez.

Si existiera un premio Nobel de la Ignorancia es posible que la casi totalidad de los políticos venezolanos fueran candidatos a recibirlo. Son contados entre nosotros aquellos políticos que leen un libro con ánimo de captar en él las realidades de nuestra época o conocer los últimos giros del pensamiento universal.

Sobre este tema se ha hablado largo y tendido en referencia a las distancias a que tienen que estar colocadas las antenas, y para ello se considera suficiente los 100 metros de distancia de los centros escolares, centros de salud, hospitales, residencias, geriátricos y parques públicos.

El Ayuntamiento de Fuenterrabía, gobernado por el PNV, con motivo del próximo milenario de la elevación al trono del Reino de Pamplona de Sancho Garcés III, llamado el Mayor, ha adoptado el insólito acuerdo de erigir un monumento al monarca navarro como «Rey del Estado Vasco».

Es repugnante el chantaje que Marruecos comienza a hacerle a España: pesca a cambio del Sáhara. Aprovechando que España va a tener voz y voto en la ONU, pretende que vote a favor de su anexión del Sáhara. Debe recordar Marruecos que España descolonizó el Sáhara para que tuviese una autonomía como país, no para que ellos se la anexionen, para que así su rey engorde sus arcas con las riquezas del subsuelo de la antigua provincia española.

He recibido algún mensaje para que presente las cosas más positivas pero la verdad es que no me resulta fácil ver el paisaje como en esos folletos idílicos que editan algunas iglesias. Así, después del desastre del Prestige mucha gente creerá que la autoridad correspondiente, nacional o comunitaria, va a tomar medidas contra los petroleros pero esto sólo se lo creerán los creyentes en Ellos y en su propaganda.

Nunca fui particularmente afecta a Chávez, pero debo confesar que me vi seducida a voltear mi mirada hacía él cuando, en la campaña electoral del 98, vi a Salas Romer pasar frente a mi edificio cabalgando sonriente mientras tras él corrían sus seguidores, a pie, tratando de alcanzarlo.

No hace falta ser sicólogo, ni siquiera haberse mirado un libro de sicología aunque sólo haya sido por la contraportada o el forro, para captar perfectamente todos los reflejos del ínclito ocupante temporal de La Moncloa; unos reflejos que, de tan transparentes, ni siquiera merecen el apelativo de freudianos.

Ínfimo es el nivel cultural e intelectual que demuestran los participantes en el concurso “Gran Hermano”; idéntico debe ser, pues, el de aquellos que lo siguen, en tanto que demuestras, o que no tienen otra cosa que hacer, o que tienen una vida tan vacía que necesitan saber qué hace cualquier mequetrefe que aparezca en la televisión. Pero mucho más grave es el nivel de conocimientos que demuestran quienes están al frente de él y quienes dan la “cara”.

Viene a ser como salir otra vez a la luz, después de pasar un túnel más bien largo. De momento uno queda como deslumbrado, y le hace falta ponerse una mano delante de los ojos para poder vislumbrar algo de aquello que ahora aparece delante de sus narices. La espléndida complejidad que ahora ve, le da quizás la conciencia de hasta que punto llegaba a ser oscuro el túnel, y hasta que punto también ha estado absorto por aquellas cosas que le han golpeado con dureza.

No sé si recuerdan aquello de la Generación X. Yo estaba encantado cuando a principios de los noventa se decía que la camada a la que creía pertenecer era tan confusa que sólo se le podía describir con la incógnita de las matemáticas. Pero encantado. Una cosa era descolocar a papá con la ropa y el pelo y la música bien alta, y otra era descolocar a todos los padres, sicólogos incluidos. Qué tremendo potencial. Hay ecuaciones en las que equis llega a valer infinito.

Desde la Dirección General de Política Lingüística de la Generalidad quiere seguir fomentándose, a sangre y fuego, el uso del catalán. Su director, Lluís Jou, afirma que la situación de esta lengua es “precaria”, a pesar de que su uso es exclusivo en la Administración y en la Enseñanza, a todos los niveles, incluida la de los adultos, culpando, en primer lugar de dicha situación, a los inmigrantes de los años 40 a 80, de quienes posiblemente piense que son las huestes que Franco envió a Cataluña para eliminar de la …

El Estado tiene el deber fundamental de garantizar la enseñanza gratuita y el acceso al sistema sanitario público a todos los españoles. Mal negocio se hizo al transferir estas competencias a las comunidades autónomas.

La Generalidad de Cataluña ha editado 100.000 ejemplares de una guía para que los emigrantes que llegan a la región se enteren de dónde se encuentran y para que sean buenos ciudadanos catalanes.

Como todo el mundo sabe, en las escuelas de Cataluña está proscrita la enseñanza en español, porque se realiza el proceso de inmersión lingüística, consistente en que a todos los niños, con independencia de su lengua materna, se les somete al baño catalanista –todo en catalán- desde la más tierna infancia.

El español también es lengua propia de los ciudadanos de Cataluña. No nos debemos avergonzar de sentirnos españoles como los franceses se sienten franceses, los alemanes, alemanes, etc.

El 19 de diciembre pasado cuando el gobierno de Fernando de la Rúa decretó el “Estado Sitio”, miles en todo el país salimos a manifestar nuestro desacuerdo con ésa y otras medidas tomadas en contra de los intereses de todos los ciudadanos. Lo que motivó su preanunciada caída y con ella, un proyecto tergiversado e incumplido de gobierno a dos años de asumir no sin antes dejar muchos muertos en nuestras calles, bajo el amparo del herrumbroso decreto ineficaz, injusto e inválido, cuestiones éstas aún pendiente de investigación y sanción judicial.

Leo en un suplemento dominical del diario El País, un extenso reportaje sobre un montón de gente que buscan a sus parientes desaparecidos en zona nacional en los tiempos de la guerra civil. Incluso, en algunos casos – especialmente en las zonas que ellos no controlaron en seguida –, una vez terminada ésta, aunque eso, que al principio era nuestro pan de cada día, después estuvo bajo la dudosa legalidad de los tribunales militares de las fuerzas victoriosas y por tanto las muertes fueron oficiales y con datos.

Pienso que tenía y tiene razón el Muy Honorable, cuando predicaba el otro día en la escuela de verano de su gente que había llegado la hora de revisar el pacto constitucional. Razones objetivas de todas clases no le falta ni una, y estoy seguro de no ser yo solo quien piensa en este tipo de cosas desde hace una larga temporada.