Pero esta latina ‘ayankizada‘ no se deja encandilar por las alabanzas gratuitas. Lucha en plazas tan exigentes, ingratas y, a veces, desesperantes, como New York, y sabe bien que, haber vestido a Michelle Obama en, posiblemente, la ocasión social más relevante de su vida pública, no es suficiente para situarse en el ranking de los creadores más influyentes. Es, sólo, una fantástica eventualidad, ‘un regalo del cielo‘, repite y repite como si fuera un mantra, cada vez que se le pregunta sobre el asunto.
Es cierto que Toledo tiene voz propia en los circuitos culturales experimentales neoyorquinos más transgresores, y que sus diseños se exponen en espacios multimarca elitistas por concepto; de esos que buscan la innovación para contentar a clientes muy informados, habituados a un estilo de vida que transgrede el mimetismo y poco ‘marquistas‘, que sólo adquieren prendas de calidad, bien hechas, que les sienten bien y que sean diferentes.
Ikram Goldberg’s, situada en el 15 de East Huron Street, en Chicago, es uno de esos lugares ‘diferentes‘ en los que se ofrece una mezcla de estilos americano, japonés y europeo muy singular, y Michelle Obama es de esas mujeres ‘diferentes‘ que no solo tienen criterio y vocación de redescubrirse a través de la imagen, sino que además arriesga.
Isabel Toledo exponía en el espacio de moda Ikram ese vestido confeccionado en encaje de color ‘pistacho‘ con el forro del abrigo, a juego, en blanco; y a Michelle Obama le encantó, independientemente de que lo firmara Isabel Toledo, o no. Juzgar el trabajo de la diseñadora ‘cubanoamericana‘ en base a que, en una ocasión, -aunque sea la gran ocasión- la first lady americana lució uno de sus modelos es, a todas luces, frívolo, poco riguroso e inexacto; porque Toledo tiene mucho que decir en el campo del I+D del diseño de moda, apoyada y asesorada por su marido, Rubén Toledo, artista y diseñador gráfico.
En su afán investigador, intenta acceder a todos los registros. Toca todos los palos y ningún tejido se le resiste. No tiene vocación de convertirse en una diseñadora de masas, pero sí de trascender por convertir sus diseños en obras de arte. En piezas a caballo entre la escultura, la arquitectura, el diseño y el arte.
En Barcelona ha intentado darse a conocer, ofreciendo una muestra de sus piezas más emblemáticas. Tiene un estilo peculiar, producto de fusionar la alta costura con el ‘urban street‘ de New Jersey y lo racial que le aportan sus raíces cubanas. Algunos diseños rememoran la época colonial como elemento de arraigo y otros, hiper futuristas, ponen en evidencia su obsesión por lo experimental, la innovación y las formas que aún están por venir. Toledo no diseña para vestir, sino para elevar la imagen al estatus de escultura; y eso va más allá del diseño.
No obstante, su participación en la ‘080 Barcelona Fashion‘ es todo un éxito de valor estratégico muy positivo, como vía para internacionalizar el proyecto posicionándolo en un sector muy alejado de ese que tocan las pasarelas convencionales y mucho más relacionado con la creatividad artística y los valores de innovación que maneja la imagen exterior de la ciudad de Barcelona.
Isabel Toledo puede ser una gran prescriptora de la pasarela 080 Barcelona Fashion, dentro del hermético mundo creativo-cultural de la Gran Manzana.
Y no crean que nuestro políticos no se lo trabajan. Con mejor o peor manejo de la diplomacia, pero no dejan de intentarlo. Y si no lo creen, observen en este vídeo, producido por Informativos.Net, cómo Marian Muro, Directora General de Turismo de la Generalitat de Cataluña, intenta, por todos los medios, que Isabel Toledo abra una tienda en Barcelona. Y no crean que le vale cualquier opción. Rubén Toledo le propone otros asuntos, pero ella solo tiene un objetivo: atraer proyectos a la ciudad.
¿Y la 080 Barcelona Fashion?. »la envidia del mundo entero», asegura Marian Muro. Porque los trapos sucios ya los lavamos en casa.
Gema Castellano
@GemaCastellano
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