Los pobladores señalan que esto encarecerá los alquileres de las casas, pues sus dueños intentarán recuperar lo invertido. Asimismo, dijeron que con esos precios, sería imposible construir viviendas dignas para unos 4 millones de hondureños que viven hacinados.
Por su parte el presidente de la Cámara Hondureña de la Construcción, Angelo Botazzi, protestó por el incremento, el cual se suma a la baja de calidad del cemento en un 50%. El empresario asegura que ahora es necesario utilizar 12 sacos de cemento en lugar de 8 para las estructuras de soporte.
Ante esto. Botazzi solicitó que se permita la libre importación del cemento, para que sea la competencia la que determine el precio de este
producto básico en la construcción. Con el nuevo precio del cemento se teme que se paralice la construcción de escuelas, caminos, hospitales y casas de corte popular. (Hn/LP/Em/Pe/mc)