Las oficinas centrales de la citada multinacional en Madrid (España), ubicadas en el flamante recinto ferial Juan Carlos I, vivió en abril de este mismo año unos días inquietantes. De los cinco trabajadores que conformaban el comité de empresa de esta compañía, tres habían causado baja por las difíciles relaciones personales que mantenían (sería mejor decir "soportaban") con uno de sus directivos, y los dos que quedaban estaban en la tesitura de apoyar las denuncias de una trabajadora, que acusaba a uno de sus jefes de acoso sexual.
Estos dos miembros del comité decidieron acompañar a la trabajadora en cuestión en su asesoramiento legal y posterior denuncia por tal acoso, y solicitaron un encuentro al más alto nivel con la dirección de la multinacional europea para arreglar urgente y discretamente esta cuestión.
Efectivamente, y por lo que hemos podido averiguar hasta la fecha, la dirección de la compañía distribuidora de carburantes se reunió con el comité de empresa y escuchó lo que los representantes legales de los trabajadores expusieron: desde el acoso sexual a la compañera denunciante y a otra que no se había atrevido aún a hacerlo, hasta los problemas y tensiones que constantemente venían surgiendo entre cierto jefe (el presunto acosador) y el resto de la plantilla.
La dirección de la compañía, según nuestras fuentes, tomó buena nota de todo y prometió igualmente tomar cartas en el asunto. Y lo hizo, pero no como los trabajadores esperaban: hoy, los dos miembros del comité de empresa están despedidos, acusados de difamación a sus jefes.
Informativos.Net ha recopilado estos datos, que se dispone a comprobar uno a uno e investigarlos para, en su caso, denunciarlos públicamente. Será entonces cuando publique con nombres y apellidos todo lujo de detalles sobre esta oscura historia. Hou sólo aprovechamos la ocasión y el anuncio de esta noticia, que la próxima semana publicaremos ampliamente, para denunciar la insoportable tensión a la que, a finales del siglo XX, todavía siguen sufriendo muchas tabajadoras, tanto en España como en otros países del "civilizado" Occidente. Ni que decir tiene que en otras áreas socio-políticas y geográficas, como Latinoamérica, Asia o Africa, la situación para la mujer que trabaja es aún mucho peor.