Sin embargo, desde hace más de un año todas las encuestas consistentemente muestran que ya vienen siendo ampliamente sobrepasados por los conservadores, quienes apuntan a desplazarlos del poder, así como hace 24 meses les arrebataron la alcaldía de Londres.
Cuando en 1997 Tony Blair llevó al ‘nuevo laborismo’ al premierato británico, él propuso una vía intermedia entre el privatismo a ultranza de los nuevos liberales y el fuerte estatismo de los viejos laboristas. Así se creó la doctrina de la ‘tercera vía’, la misma que sería seguida inicialmente por gente tan dispar como Chávez en Venezuela, Toledo en Perú o Cardoso en Brasil.
Su idea de empujar a la socialdemocracia hacia el centro y hacia una mayor cooperación con EEUU ha marcado a otros partidos de la Internacional Socialista en Europa así como a muchos de los izquierdistas que recientemente han gobernado en Sud y Centro América (PS de Chile, APRA de Perú, PLN de Costa Rica, el PT de Brasil, o FA de Uruguay).
En 1997 Blair substituyó 18 años de administraciones conservadoras. Ese largo periodo se inició cuando Thatcher decidió restringir el poder sindical y la fuerte intervención estatal en la economía creando el modelo monetarista que adoptó el vocablo ‘privatización’, el mismo que acabaría siendo seguido en todo el mundo.
El modelo de Thatcher post-1979 y el de Blair post-1997 alteraron radicalmente la política mundial. Gracias al primero EEUU logró hacer desintegrar a la Unión Soviética y reestructuró al globo en torno a las fórmulas del libre mercado. Gracias al segundo EEUU afianzó el unilateralismo pero también se inició un movimiento desde la derecha a políticas ‘moderadas’ en muchas partes del globo. Tanto Thatcher como Blair fueron reemplazados por primeros ministros de sus propios partidos, los cuales sirvieron de transición hacia una nueva era dominada por la oposición.
Desde hace más de un año el conservador David Cameron lidera todas las encuestas. Un eventual gobierno suyo iniciaría un nuevo giro histórico en Reino Unido hacia una forma de ‘conservatismo compasivo’. Sin embargo, existe una gran posibilidad de que en vez de que haya un claro vencedor se llegue, por primera vez desde 1974 a un parlamento sin que nadie tenga mayoría absoluta lo cual daría el inicio no de una nueva era dominada por un partido sino de un interludio de crisis.
Paralización parlamentaria
En los últimos 13 años el laborismo británico ha gobernado teniendo casi el doble de parlamentarios que los conservadores. No obstante, hoy se convocan a comicios cuando los ‘tories’ tienen la delantera. Debido a que el actual sistema de representación uninominal le da más peso a las circunscripciones tradicionales del laborismo, es posible que los ‘rojos’ aunque saquen menos votos que los ‘azules’ logren superar a estos últimos en número de escaños.
Cuando el 6 de Abril Brown convoca a elecciones para el siguiente 6 de Mayo del 2010, el diario The Guardian reproduce un sondeo donde los laboristas han tenido el mejor acortamiento de distancia ante los conservadores (se ha reducido a solo 4 puntos, aunque encuestas anteriores de un medio que tradicionalmente favorece a la derecha había arrojado una distancia de 10 puntos).
Las elecciones pueden acabar en dos escenarios:
2) un gobierno sin mayoría parlamentaria.
Esta segunda opción podría ser uno liderado por el ‘tory’ David Cameron e incluso que Brown retenga el premierato pero deba cogobernar con los demo-liberales. En ambas probabilidades quedaría descartado que el próximo gobierno dure 5 años. Incluso, si se da la primera opción es posible que haya nuevas elecciones en menos de 12 meses.
Parlamento sin mayoría
La democracia británica es muy singular. Mientras en toda república constitucional el poder legislativo puede tener una orientación distinta a la del ejecutivo, y en la mayoría de las democracias parlamentarias el gobierno surge de un acuerdo entre distintos partidos que construyen una coalición mayoritaria, en el Reino Unido el sistema está diseñado para mantener un gobierno unipartidario basado en una mayoría parlamentaria unipartidaria.
Como este país tiene un sistema de representación parlamentaria uninominal y no representativa un partido que gane el 35% de los votos puede acabar triunfando en el 55% de los distritos, tal como pasa hoy con el laborismo, quien detenta tal grado de mayoría absoluta que ha podido gobernar sin ningún bloqueo por parte de la casa de los comunes en los últimos 13 años.
Los problemas en Reino Unido se generan en los excepcionales casos en los cuales el partido más votado tiene sólo un poco más de parlamentarios que el que le sigue y, peor aún, cuando no llega ni al 50% de los escaños. Un gobierno así generalmente no dura mucho.
La última vez que hubo un gobierno sin mayoría absoluta fue el 28 de Febrero de 1974 cuando Harold Wilson (quien fue primer ministro laborista en 1964-70) logra deponer al gobierno conservador pero quedando con solo un poco más del 45% del parlamento, pero con 33 asientos menos de lo necesario para controlar éste. Por ello al medio año llamó a elecciones donde logró vencer el 10 de Octubre con una leve mayoría absoluta de 3 asientos.
Democracia ‘Made in Britain’
El Reino Unido reclama que es la única potencia que tiene una democracia que nunca ha sido ininterrumpida por ninguna guerra civil o golpe en más de 3 siglos. Esta estabilidad democrática se debe, en gran parte, a las propias restricciones que este país ha impuesto a la misma democracia.
Mientras en toda república hay una división de poderes y el jefe de Estado es electo, Gran Bretaña tiene una monarca, la misma que es la que más dura en el poder y es la más fuerte del mundo. Ella teóricamente puede remover al primer ministro británico o de cualquier otra de sus dependencias (tal como lo hizo en Australia en 1975).
A diferencia de todas las demás grandes ‘democracias’, la cámara alta británica nunca ha sido electa y puede recortar las decisiones de la cámara baja que si es electa, aunque de una forma que guillotina a las minorías y que permite que el ganador se quede con todo.
El parlamento de esta nación consta de unos 650 miembros. Cada uno de ellos es electo solamente en uno de los 650 distintos distritos electorales de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. De esta forma quien triunfe, aun que sea por un porcentaje mínimo, usualmente termina amasando la mayoría absoluta. Por ejemplo, el laborismo, quien apenas sacó el 35% de los votos en los últimos comicios generales (2005) detenta el 55% del parlamento. Los conservadores, pese a que quedaron a solo 3 puntos de diferencia no llegaron ni al tercio de los escaños.
Este sistema está diseñado de tal forma de que es casi imposible quebrar el duopolio de dos partidos (rojos y azules se alternan en el poder desde la I post-Guerra Mundial). Los liberal-demócratas en 1983 sacaron su mejor votación, pero a pesar de obtener el 25.4% de los votos solo consiguieron 23 bancadas (un 3% del parlamento), mientras que los laboristas con dos puntos de ventaja casi le decuplicaron en curules (consiguieron 209 parlamentarios).
Nunca un primer ministro ha sacado si quiera 30,000 votos y éste es designado por el o la monarca en base a pedirle al líder del partido que haya conquistado más bancas para que le configure su gobierno. Gordon Brown, ni si quiera llegó a ser el actual jefe de su partido o primer ministro mediante una sola consulta a nivel nacional.
Isaac Bigio