Aznar compareció ayer en rueda de prensa en el Palacio de La Moncloa (sede de la presidencia del Gobierno), tras el Consejo de Ministros que se celebra cada viernes habitualmente, y tres días después de que el Ejecutivo español haya anunciado el traslado de 105 presos de la banda armada, a pesar de la paralización de los contactos.
El presidente ha dicho que "el Gobierno tiene disponibilidad inmediata a sentarse" y retomar las conversaciones de paz y piensa que si no hay más avances en la pacificación de Euskadi no es por él, sino "porque los otros (ETA) no quieren". También ha dicho que el acercamiento de los 105 presos etarras a las cárceles vascas o cercanas al País Vasco "no es un gesto, sino una política del Gobierno", y que no se descartan nuevas decisiones similares, lo que hace suponer que el presidente pretende lanzar el mensaje a ETA de que, si las cosas van bien, podría haber nuevos avances en política penitenciaria. Según sus propias palabras, "el Gobierno está dispuesto a dar cuantos pasos considere necesarios para alcanzar definitivamente la paz". Pasos por el momento reversibles.
Aznar insistió ante los periodistas, además, que la cercanía de las elecciones generales no condiciona estos avances y que, si se consideran oportunos, se adoptarán antes de los comicios de marzo.
Una nueva reunión en diciembre o marzo
El Gobierno tiene la impresión de que ETA no volverá a pedir una nueva reunión, como mínimo, hasta el mes de diciembre, cuando se sustancie el debate interno de Herri Batasuna (HB), formación política nacionalista e independentista vasca relacionada con la banda terrorista ETA.. Incluso, no descarta que la dirección de la organización quiera esperar a después de las elecciones generales de marzo.
Para el presidente esapñol, lo importante es que ETA convierta el "alto el fuego indefinido en definitivo y en eso va a trabajar el Gobierno con independencia de que la banda ETA tenga una disposición a sentarse a hablar o no la tenga. Vamos a seguir trabajando de la misma manera".
No obstante, José María Aznar dice estar "dispuesto a un proceso de paz, no a un desbordamiento de la legalidad".
Sobre un posible encuentro público con Euskal Herritarrok como reclamó Arnaldo Otegi, el presidente esapñol reiteró que "no hay ninguna entrevista prevista y EH o HB todavía es un grupo que no ha condenado la violencia. Es un pequeño detalle, pero hablando de paz es importante". Recordó la suspensión de la reunión de EH con el Gobierno prevista para el pasado 15 de febrero y sugirió que se abortó por la presión de ETA.
Cautela del Gobierno vasco
Por su parte, el Gobierno vasco afirmó ayer que prefiere ser "prudente" y no entrar a valorar el anuncio de retomar de inmediato los contactos con ETA, hecho ayer por José María Aznar, hasta no tener "más información" sobre las intenciones del presidente del Gobierno.
Juan José Ibarretxe tuvo conocimiento de la comparecencia de Aznar ante los periodistas por los medios de comunicación, por lo que prefirió aguardar a tener "más datos" de las intenciones del presidente del Gobierno. Ibarretxe quiere mantener un encuentro en los próximos días con Aznar, quizás la semana que viene.
Asimismo, el portavoz del Partido Nacionalista Vasco (PNV) en el Congreso, Iñaki Anasagasti, recomienda al presidente del Gobierno que, en vez de anunciar su disposición a hablar de forma inmediata con ETA, "haga más".
"El Gobierno nos usa como juguetes"
Por su parte, el colectivo de presos de ETA ha denunciado en un comunicado que el Gobierno central utiliza a los reclusos de la banda armada "como si fueran su juguete" dentro de un "mercadeo político" y afirma que la presión de la mayoría de la sociedad vasca "ha obligado" al Ejecutivo a "aparentar que se mueve".
El texto, que ha publicado el diario Gara en su edición de ayer viernes, cree que con el último traslado de presos, el Ministerio del Interior "está moviendo a los reclusos como si fueran muñecos por las cárceles españolas" y señala que, en todo caso, supone "un triunfo obtenido por el colectivo de presos, con el respaldo de la mayoría de la sociedad vasca".
Este colectivo indica que los reclusos vascos son "rehenes de guerra" de los Estados español y francés. Los presos de ETA solicitan que se les dé el estatus de presos políticos.