Desde el 25 de marzo, la campaña electoral para las presidenciales anticipadas del 15 de abril, está abierta en Argelia, y los siete candidatos avalados por el Consejo constitucional, se han lanzado a las calles al encuentro de potenciales electores.
El pueblo, – desencantado por una guerra que duró siete años y tres elecciones truncadas por los militares -, no confía demasiado en que algo cambie tras estas elecciones.
La candidatura de un personaje que aparece arropado por un sector del ejército y que fue ministro de Asuntos Exteriores en los años 70 -, Abdelaziz Bouteflika -, deja entrever el temor a unas elecciones corruptas, cuyos resultados ya se habrían predeterminado en las altas esferas.
El hecho de que partidos políticos como RND o FLN ( las máquinas electorales del sistema), así como UGTA ( sindicato omnipotente ) lo apoyen, no hace más que extender estas suposiciones.
Pese a esta incertidumbre, las cosas pueden volverse todavía más complejas, según las respectivas actitudes del ejército y el presidente saliente, así como la combatividad de los otros candidatos.
Bouteflika, ha cometido sin duda un enorme fallo presentándose como el hombre del consenso desde diciembre. De su parte el presidente saliente , – el general Liamine Zéroual -, quién no ha tenido margen de maniobra durante su mandato, insiste en que sean unas elecciones honestas las que busquen a su sucesor. Esta voluntad, ha convencido a muchos de la competencia a retirarse de la competición electoral, aún cuando nadie se siente tranquilo, en razón del control limitado que ejerce Zéroual sobre la Administración.
Hocine Aït-Ahmed, Abdallah Djaballah,Ahmed Taleb-Ibrahimi y Mouloud Hamrouche, – candidatos – , acaban de constituir una especie de frente antifraude, con el fin de aunar esfuerzos.
De esta manera, el perfil de los candidatos y el ardor que ponen en la lucha electoral, otorgan a estas elecciones un aire inesperado.
Tres grandes bloques se oponen en efecto a Bouteflika, y los primeros días de campaña han demostrado ya que Aït-Ahmed, Taleb y Hamrouche, disponen de un real apoyo. Sus meetings son concurridos al máximo, y el entusiasmo se palpa en cada uno de ellos.
Los otros tres candidatos, – el islamista moderado Djaballah, el tecnócrata y ex primer ministro Mokdad Sifi, y el antiguo revolucionario Youssef Khatib -, deberán contentarse con segundos puestos.
Los pesimistas anuncian una victoria de Abdelaziz Bouteflika, desde la primera vuelta de observación. Pero existen en Argelia muchos millones de votos en reserva ( militares, funcionarios, policias).
Para Saïd Sadi, – jefe del RCD -, la única manera de capacitar moralmente a los candidatos, es que cambien su discurso de crisis política , por una crisis puramente militar. De lo contrario, estas elecciones podrían ser un escándalo y una catástrofe.
( Le Soir)
CAMPAñA ELECTORAL EN ARGELIA.
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