José Ramón Alvarez Rendueles, presidente de la Fundación Príncipe de Asturias, ha afirmado que "Cáritas había sido candidata al premio en los últimos años y siempre había quedado muy bien. Este año lo ha conseguido y se lo merece".
Un total de 28 han sido las candidaturas que este año competían por el galardón a la Concordia. Horas antes de saberse el vencedor, se barajaban tres nombres: Cáritas Española, Cruz Roja Española y el jesuita asturiano Luis Ruiz Suárez.
El año pasado el premio fue concedido a Nicolás Castellanos, Vicente Ferrer, Joaquín Sanz Gadea y Muhammad Yunus.
Cáritas cuenta con 75.000 voluntarios en toda España. Una enorme red de solidaridad que tapiza pueblos y ciudades españolas, llevando esperanza y un poco de calor al corazón oprimido de los más desfavorecidos.
Un ejército de hombres y, sobre todo, de mujeres, que entregan su tiempo, su dinero y su vida a los demás. A veces literalmente, como el director y los 40 miembros del equipo de Cáritas Timor salvajemente asesinados por los paramilitares indonesios. Su delito: haber acogido en centros religiosos a miles de personas para salvarlos de la matanza.
En España, Cáritas dispone de una red de 68 Cáritas diocesanas y 5.000 Cáritas parroquiales, 3.575 centros, 7.000 puntos de acogida, 75.000 voluntarios con más de 10 millones de horas trabajadas y 3.000 contratados al servicio siempre de los colectivos más desfavorecidos y marginados. El año pasado, Cáritas invirtió 17.400 millones en ayudarles.
Cáritas nació en 1942 para enfrentarse a la carencia de alimentos de la posguerra. Hasta 1968 se dedica a una labor casi meramente asistencial y "limosnera", pero, poco a poco, la institución eclesial fue evolucionando hacia actividades de promoción y cambio social de las estructuras.
A su indesmayable acción a pie de obra, une el estudio y la denuncia de la pobreza en España, contándole los pobres (más de ocho millones) a los gobiernos de turno.