Con este ataque, la violencia callejera que durante las dos últimas semanas ha vuelto a las calles del País Vasco sale por vez primera de este territorio y se reproduce en Navarra, comunidad autónoma reivindicada por los nacionalistas vascos como la séptima provincia de su país (Gupúzcoa, Vizcaya, Alava, Navarra y las tres provincias francesas del sur).
El pasado domingo, un grupo de encapuchados (entre 15 y 35 personas) lanzaron una treintena de cócteles molotov contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Algorta, municipio de Getxo (Vizcaya), justo cuando comenzaban las fiestas locales de San Ignacio.
El recrudecimiento de la violencia callejera en Euskadi coincide con la excarcelación de la antigua Mesa de Herri Batasuna (HB), la dirección del partido abertzale próximo a la banda armada ETA, que había sido condenada en bloque por un presunto delito de colaboración con banda armada por el Tribuanl Supremo, y que fue puesta en libertad recientemente por el Tribunal Constitucional.
Esta coincidencia, más el hecho de que los dirigentes de Euskal Herritarrok (marca electoral de HB) hayan retirado su condena a la violencia callejera -que había suscrito por primera vez en Alava hace unos días- hace suponer que en el entorno político abertzale se han recibido consignas de ETA para tal endurecimiento. La dirección de Euskal Herritarrok debatía desde el pasado mes de marzo si integrarse en la vida política, en vez de no condenar la violencia etarra.