Estados Unidos se convirtió ayer, por enésima vez,- según ha informado el diario la Tercera -, en el punto de convergencia de todas las miradas críticas del planeta, que aprovecharon la conmemoración del décimo aniversario de la Convención de los Derechos del Niño, para criticar la cada vez más acusada tendencia norteamericana de juzgar como adultos a delincuentes menores de 18 años.
Casos como el del niño suizo-norteamericano Raoul Wuethrich (11 años), acusado de incesto en contra de su media hermana de cinco años; o el de Kip Kinkel (16), condenado a 111 años de cárcel por asesinar a tiros a sus padres y otras dos personas; o el de Nathaniel Abraham (16), que podría cumplir cadena perpetua por matar a un joven de 18 años, son sólo un pequeño ejemplo de las decenas de crímenes de este tipo que llegan cada año a los tribunales estadounidenses.
Actualmente, 46 estados norteamericanos juzgan bajo las mismas condiciones que a los adultos a menores de 16 años y en algunos de ellos la edad de discernimiento cae hasta los 14. Est tambi’n el caso de Michigan, donde ser un criminal adolescente no hace, ante la ley, ninguna diferencia. La legislaci¢n ha permitido, en definitiva, la ejecuci¢n a lo largo de la d’cada de 10 ni_os presos que cometieron sus cr¡menes cuando eran menores de edad, segon denunci¢ ayer Amnist¡a Internacional (AI).
De acuerdo a los oltimos datos de la Oficina de Prevenci¢n de la Delincuencia Juvenil, el sistema policial estadounidense detuvo en 1997 a un total de tres millones de j¢venes y ni_os. Y segon un informe de AI,alrededor de 70 adolescentes esperaban -en junio de 1998- su turno para ser ejecutados, condenados por cr¡menes cometidos antes de cumplir los 18 a_os. Y todo porque 36 estados norteamericanos se reservan aon el derecho a aplicar la pena de muerte contra los j¢venes que hayan infringido la ley.
Se calcula que de los 100 mil j¢venes procesados por los tribunales estatales, al menos 15 mil ingresan a recintos penitenciarios destinados a criminales de mayor edad, arriesg ndose a sufrir violencia ps¡quica,f¡sica o sexual. En estos centros, adem s, casi no existen programas de rehabilitaci¢n y muchos menores son aislados de sus celdas en condiciones que distan de lo permitido por los tratados internacionales de protecci¢n de la infancia.
Todas estas duras pol¡ticas contra la criminalidad juvenil han convertido a Estados Unidos en uno de los dos pa¡ses en el mundo, junto a Somalia,que aon no ha ratificado la Convenci¢n de los Derechos del Ni_o de Naciones Unidas, cuyo d’cimo aniversario fue conmemorado ayer en Ginebra.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Mary Robinson,se lament¢ por la negativa estadounidense y subray¢ que en ese pa¡s «hay casos sorprendentes de violaciones de los derechos de los ni_os».
Estados Unidos encabeza la lista de naciones que han impuesto la pena capital a menores de edad, por delante de Arabia Saudita, Ir n, Nigeria,Paquist n y Yemen, pa¡ses que han ratificado la convenci¢n, pero no la cumplen. Uno de los principales opositores al texto, el senador republicano Jesse Helms, asegura que la declaraci¢n ataca a la integridad de las familias, porque amenaza su derecho a decidir c¢mo educa a sus hijos.
Amnist¡a Internacional ejemplifica algunos arrestos «ins¢litos» ocurridos en 1997 en el estado de Georgia. Un estudiante secundario de 12 a_os fue detenido despu’s de hacer una broma por tel’fono. * Una ni_a de 14 a_os fue arrestada por pintar un graffiti en una muralla. * Otra adolescente de 13 a_os debi¢ pasar tras las rejas por hurtarle 127 d¢lares a su madre.