El PP obtendría ahora en unas elecciones el 40,7 por ciento de los votos y el PSOE, el 35,8 por ciento. Según la citada encuesta, los españoles que califican la situación política como «buena» o «muy buena», que son el 26,9 por ciento, superan en nueve puntos a aquellos que la consideran «mala» o «muy mala», que son el 17,9 por ciento. El barómetro del CIS refleja también una caída de 2,3 puntos en la estimación del voto de Izquierda Unida (IU), si bien la encuesta ha sido realizada antes de la reorganización y cambio de estrategia política de esta formación de izquierdas, que antes rechazaba aproximarse al PSOE y ahora ha formado diferentes coaliciones con los socialistas. Según el CIS, la estimación de voto de IU, que en abril era del 8,9 por ciento, es en estos momentos del 6,6 por ciento.
Asimismo, los optimistas sobre la evolución de la situación política duplican a los pesimistas. La mayoría de los españoles, concretamente el 50,2 por ciento de los encuestados, considera que la situación política continuará igual el próximo año. El 16 por ciento cree que mejorará, frente al 6,7 por ciento, que cree que empeorará. Con relación a la situación económica, los españoles la valoraron en julio como más positiva que entre los años 1985 y 1998.
Pero estos datos tienen una doble lectura, porque también de ellos puede deducirse que la impresión de los españoles sobre la coyuntura política y económica ha empeorado en julio respecto al mes anterior. El «barómetro» del CIS revela que el 36,3 por ciento de los encuestados creen que la situación económica es «buena» o «muy buena», un porcentaje que en junio se elevaba hasta el 40,2 por ciento. El 14,1 por ciento estima que es mala o muy mala, frente al 12,2 por ciento en el mes de junio, y el 46,3 % opina que es regular. Un 45,7 % de los sondeados se inclinaba por esta opción en junio.
Si estos resultados se trasladasen a unas elecciones generales, el PP podría lograr la mayoría absoluta, aunque los socialistas recortarían la ventaja de los populares. En concreto, el PSOE ha logrado restar 0,2 puntos de intención de voto al PP respecto a la encuesta del CIS del pasado mes de abril.
Por lo que respecta a los líderes políticos, el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, se acerca al presidente del Gobierno y del Partido Popular, José María Aznar. Almunia es el único de los líderes políticos que no bajan en su calificación respecto al «barómetro» del CIS de abril pasado; ha subido de 4,63 puntos a 4,84, mientras que Aznar baja de 4,92 a 4,89. El coordinador general de Izquierda Unida, Julio Anguita, pierde 0,5 puntos, de los 3,90 que tenía en abril a los 3,40 que ha obtenido en julio. Anguita es descabalgado de su permanente «tercera posición» en la valoración de los españoles (siempre por detrás de los líderes del PSOE y del PP), y se sitúa ahora por detrás del líder de Unió Democràtica de Catalunya, Josep Antoni Duran (3,49 %), que curiosamente supera a su «socio», el presidente de la Generalitat de Cataluña Jordi Pujol, en 0,14 puntos. Los nacionalistas catalanes de Convergència i Unió (CiU), en cambio, se mantienen en una estimación de voto del 4,6%.
Entre los políticos peor valorados por los españoles destacan, junto a la tradicional mala nota del vicepresidente primero, Francisco álvarez Cascos (3,8), los ministros más criticados por la oposición por su gestión o presuntos escándalos: la titular de Justicia, Margarita Mariscal (3,9); el de Industria y portavoz del Gobierno, Josep Piqué (3,9); el de Fomento, Rafael Arias Salgado (3,7), y la de Medio Ambiente, Isabel Tocino (3,7). En el mismo paquete se sitúa al ministro de Agricultura, Jesús Posada (3,9), aunque en este caso cuenta fundamentalmente su desconocimiento por la opinión pública.
El «barómetro» del CIS incluye 2.490 entrevistas y fue realizado entre los días 9 y 15 del mes pasado.