El Tribunal Penal Internacional de La Haya fue creado en julio de 1998. El preámbulo del Estatuto de Roma, que dio paso a su nacimiento, deja bien claro que «los Estados se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado o en cualquier otra forma incompatible con los propósitos de las Naciones Unidas», y que nada de lo dispuesto en él «deberá entenderse en el sentido que autorice a un Estado Parte a intervenir en una situación de conflicto armado en los asuntos internos de otro Estado».
Según esto, el ataque de la NATO sobre Yugoslavia sin autorización de Naciones Unidas equivale a un «crimen de agresión» (artículo 5.1 párrafo D). Pero, además, los líderes de la NATO, entre los cuales se encuentran el presidente estadounidense Bill Clinton, el «premier» británico Tony Blair y el secretario general de la Alianza Atlántica, el español Javier Solana, podr¡an igualmente ser juzgados y condenados a penas de hasta treinta a_os o, incluso, cadena perpetua como criminales de guerra (art¡culo 5.2 p rrafo C y art¡culo 8¡) con la obligaci¢n de reparar a las v¡ctimas de los bombardeos por su responsabilidad oltima en la muerte de civiles que no participan en las hostilidades, en ataques a objetivos civiles, incluidos edificios religiosos, art¡sticos, monumentos u hospitales, en la utilizaci¢n de armas prohibidas o por la simple declaraci¢n de que la Alianza no dar cuartel.
El Gobierno de Slodoban Milosevic ha amenazado en algunas ocasiones con denunciar a Clinton, Blair y Solana por los bombardeos de la Organizaci¢n del Tratado del Atl ntico Norte contra Yugoslavia. Pero para que el Tribunal Penal Internacional de La Haya admita esta demanda, el r’gimen de Beldrado deber¡a reconocer antes la competencia extraterritorial del TIP, lo que parece altamente improbable. El Tribunal Penal Internacional acaba de abrir un proceso a Milosevic por sus cr¡menes genocidas en Kosovo y, si Yugoslavia reconociera su autoridad y competencia, deber¡a poner a su propio presidente a disposici¢n de este Alto Tribunal. Esto, hoy por hoy, dadas las circunstancias pol¡ticas internas de Yugoslavia, equivaldr¡a a que Milosevic se entregase voluntariamente al TIP.
Nuestro columnista Miguel Centella Moyano escribe esta semana en la secci¢n de Kosovo de Informativos.Net un interesante y muy documentado art¡culo de opini¢n sobre el proceso abierto por el TIP al presidente yugoeslavo, del que hemos entresacado la presente informaci¢n.