El alcalde de Palermo, Leoluca Orlando, ha sido el principal protagonista de la lucha antimafia en Italia. En sus once años como jefe edilicio de la cuna de la Cosa Nostra, prácticamente ha logrado acabar con el crimen organizado en la ciudad. De esa historia habló con La Tercera.
-¿Cuáles fueron las claves del cambio de Palermo como centro de la mafia a una de las ciudades más seguras de Europa?
-Gracias al esfuerzo de muchos. Ciudadanos, políticos, policías… y la propia mafia. ¿Porqué digo esto tan terrible? Porque cuando en los ’70 o antes, la mafia era una enfermedad crónica nadie reaccionaba. Pero cuando en los ’80 empezó a matar a decenas y decenas de personas y se volvió una enfermedad aguda, apareció la reacción. Los sordos escucharon y los mudos hablaron. Lideramos la revuelta moral de los ciudadanos ayudándolos a liberarse. Le dimos coraje y seguridad a la gente, al punto de que fui parte civil en todos los procesos contra la mafia. Porque no se le puede pedir coraje a los ciudadanos si el que gobierna no tiene coraje.
-+Y c¢mo particip¢ personalmente en esta lucha?
-El 10 de febrero de 1986 estuve en el primer gran proceso contra la mafia. Como alcalde de Palermo me puse frente al juez y le ped¡ la condena contra los mafiosos y que la alcald¡a de la ciudad deb¡a ser recompensada por todos los da_os de imagen que le hab¡a causado la mafia.
-+Y en qu’ momento la gente empez¢ a reaccionar?
-A partir de los asesinatos de los jueces antimafia Falcone y Borsellino en 1992, los palermitanos comenzaron a gritar «basta». Empezamos con protestas civiles que se transformaron en reacciones culturales. En los oltimos diez a_os, Palermo es la ciudad italiana que ha construido m s escuelas poblicas e instalaciones deportivas porque estamos convencidos que para combatir la mafia hay que tomar su lugar. La mafia se derrota controlando su territorio. Porque ella era la onica voz de Sicilia: se apropi¢ de nuestra cultura y de nuestra historia.
-+Y c¢mo los sacaron del territorio?
-En Italia hab¡a una costumbre de hablar del pecado y nunca indicar a los pecadores. Comenzamos una campa_a dur¡sima para entregar los nombres y apellidos de los hombres coludidos con la mafia: banqueros, pol¡ticos,hombres de iglesia, etc. Hubo miedo, pero la gran novedad es que hicimos ‘nfasis en la ‘tica de la responsabilidad individual.
-Pero la mafia en Palermo aon existe.
-No estoy diciendo que la mafia no exista. Lo que digo es que ahora s¢lo se preocupa de cuestiones internacionales y siempre controla menos a los ciudadanos. Ahora para atacar a la mafia hay que golpearla al nivel pol¡tico e internacional. Porque cuando la mafia ve que hay reacci¢n ciudadana, se intenta concentrar en el tr fico internacional de dinero sucio.
-+Y c¢mo se puede combatir este tipo de mafia?
-Tiene que ser una batalla internacional: identificar y confiscar los patrimonios ilegales, combatir el dinero sucio, porque con la moneda onica, Europa se puede convertir en el principal centro de lavado de dinero del mundo. A los banqueros ya les advertimos eso. La mafia no se ha rendido, y no podemos dejar de combatirla.