El Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) saben que hay que contar con los cinco diputados de Coalición por Melilla, el partido de Aberchán, para formar un nuevo Gobierno local estable. Pero según algunas fuentes, el PP no parece dispuesto a admitir que Aberchán continúe como presidente, entre otras cosas porque ello sería un grave obstáculo para llegar a acuerdos políticos con el Partido Independiente de Melilla (PIM) y la Unión del Pueblo Melillense (UPM).
El pleno extraordinario de la Asamblea de Melilla en el que Aberchán romperá con el GIL destituyendo a sus consejeros y en el que los socialistas Javier de Pro y Rafael Hernández tomarán, por fín, posesión de sus escaños como diputados se celebrará esta tarde, si no hay nuevas sorpresas de última hora. Asimismo, Mustafá Aberchán dejará a un lado a la tránsfuga Malika Mohamed, que perderá el escaño que ocupaba.
Sin embargo, es seguro que el GIL está maniobrando en secreto para no quedarse fuera del poder en Melilla. Lo que este partido liderado por el polémico empresario y alcalde de Marbella, el declarado fascista Jesús Gil y Gil, se desconoce por completo, pero ya es sabido que suele tratar de resolver sus problemas a golpe de talonario. Existen temores a que haya nuevas fugas que permitan al GIL sumar votos para seguir gobernando Melilla. Por esto, el PSOE considera imprescindible que el Gobierno de Melilla que surga hoy no esté sólo apoyado por 13 diputados, sino por 18 (todos los que no son del GIL), lo que implica que al acuerdo firmado por el PP, el PSOE, la Unión del Pueblo Melillense (UPM) y el Partido Independiente de Melilla (PIM) habría que unirse Coalición por Melilla (CM), el partido que preside Mustafá Aberchán.
El problema está en quién será el nuevo presidente de Melilla. El acuerdo otorgaba el cargo a Juan José Imbroda, de UPM, y Aberchán no está dispuesto a dejarlo, consciete de que sus cinco representantes en la Cámara melillense son muy necesarios para un Gobierno estable.