La crisis de la dioxina en Bélgica, lejos de solucionarse empeora por momentos, tomando una magnitud sin precedentes. El país entero se encuentra en cuarentena y sus habitantes deben enfrentarse a mostradores vacíos en los establecimientos.
Las autoridades han publicado una nueva lista negra de productos prohibidos : carnes picadas de ternera y cerdo, hamburguesas, embutidos de cerdo, salchichas, toda clase de charcutería y grasas animales.
La Comisión Europea ha prohibido la exportación de todos los productos belgas sospechosos ( huevos, aves, carne. Lácteos etc) y el primer ministro belga, Jean Luc Dehaene, ha asegurado que no existe una intoxicación general de dioxinas. En cualquier caso, ningún animal será sacrificado y exportado hasta el 8 de junio incluido.
La empresa Verkest , – causante del escándalo -, sirvió en Bélgica, Francia y Países Bajos 80.000 kilos de grasas contaminadas a principios del año. Esta grasa fue mezclada con las harinas animales y servidas a cientos de explotaciones.
La Comisión Europea no fue avisada hasta el 27 de mayo, pero Bélgica asegura que envió sendos faxes a Francia ( el 3 de mayo) y a los Países Bajos ( el 12 de mayo), comunicando la situación. Según Franz Fichsler, – comisario europeo encargado de la agricultura -, estos dos países deberían haber advertido inmediatamente a las autoridades europeas.
LA CRISIS DE LA DIOXINA SE AGRAVA
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