LA REAPERTURA DEL CASO » WACO» PUEDE COMPROMETER SERIAMENTE A WASHINGTON

Como los lectores recordarán, el 19 de abril de 1993 fue asaltado por el FBI el rancho Texano Monte Carmelo,- sito en las proximidades de la localidad de Waco -. En el rancho se encontraban 86 personas, miembros de la secta La Rama Davidiana del iluminado David Koresh, que murieron en un terrible incendio.
En aquel momento, tanto la Oficina federal de Investigación (FBI) como la fiscal general Janet Reno, negaron hasta la saciedad que se hubieran utilizado, para el asalto del rancho, gases inflamables, pero un ex agente federal, Danny O. Coulson,- quizás invadido por los remordimientos -, reveló al diario The Dallas Morning News que se habían utilizado al menos dos granadas de ese tipo.
Tras la confesión del ex agente, al FBI no le quedó más remedio que reconocer que se habían utilizado las granadas y a Janet Reno no le quedo otra que abrir una investigación, tras declarar que se sentía engañada por el FBI.
La fiscal general pidió toda la documentación sobre el asalto a la agencia federal en Quantico, Virginia y dos cintas de v¡deo donde aparece grabado el asalto, han salido a la luz. Con ellas el FBI quiere demostrar dos cosas.
Primera, que a decisi¢n de lanzar las granadas se tom¢ sobre la marcha, por lo que las ¢rdenes no fueron recibidas » de arriba»,( decisi¢n que puede probarse por un di logo entre varios agentes grabado en la cinta) y segunda, que las granadas cayeron en un bonker concreto alejado del rancho de madera, donde estaban atrincherados los miembros de la secta.
En cualquier caso, a estas alturas casi todo el mundo desconf¡a de Washington en este asunto, hasta el punto de que el Departamento de Seguridad Poblica de Texas, – los famosos Texas Rangers-, ha pedido al juez Walter Smith de Waco, que abra una nueva investigaci¢n.
Por su parte, el Congreso ha puesto en marcha una comisi¢n investigadora para analizar las nuevas pruebas y ha enviado citaciones judiciales a todos los implicados en un caso, que promete convertirse en otro esc ndalo al m s puro estilo Watergate, Lewinsky o Kennedy.