Los agricultores, que protestan por los bajos precios de las frutas y las verduras en las grandes superficies y por las represalias estadounidenses a la negativa europea de importar su carne de vacuno tratadas con hormonas, se manifestaron fundamentalmente en las localidades de Montauban (sur) y Martigues (sureste).
Las protestas comenzaron en Senas (sur) donde cientos de agricultores, respaldados por la Federación Nacional de Explotadores Agrícolas (FNSEA), solicitaron que se prohibiesen "las ventas con pérdidas" de frutas y hortalizas que, según el sindicato, practican los supermercados.
Los manifestantes se trasladaron más tarde a Martigues (sureste) donde derramaron frutas y legumbres en una gran superficie de la localidad que tuvo que cerrar poco después de que los agricultores lograsen bloquear las entradas y pidiesen a los clientes que se fuesen sin pagar.
La protesta se extendió a un Mc Donald’s de la misma localidad, ante el cual los manifestantes se deshicieron de toneladas de tomates, ciruelas, melocotones y estiércol para protestar por los aranceles estadounidenses sobre varios productos europeos (queso roquefort, trufas, mostaza). También solicitaron que la multinacional estadounidense retire la queja interpuesta el pasado día 12 después de un asalto a uno de sus locales en Millau (centro). Cinco sindicalistas fueron procesados y encarcelados por la aquella acción y cuatro de ellos fueron puestos en libertad después de que sus asociaciones pagasen una fianza de 105.000 francos (16.000 euros).
En la localidad de Montauban (sur), cien agricultores derramaron diez toneladas de frutas delante de un supermercado, las aplastaron con un tractor y asaltaron los carritos del centro para cerrar todos sus accesos. También bloquearon de otro local de la hamburguesería Mc Donald’s con frutas podridas antes de acudir a la prefectura de la región y protagonizar acciones similares.
Parte del descontento de los manifestantes se debió también al establecimiento hace una semana de un doble etiquetado obligatorio para las frutas y legumbres, que además del precio de venta dirigido al consumidor tiene que incluir el monto del productor. Los principales sindicatos consideran que la medida es positiva pero simbólica y denuncian que la gran distribución impide su puesta en marcha.