La pobreza en África amenaza la vida de doce millones de personas. El problema está a punto de convertirse en una crisis sin solución. La ONU, alarmada por la pobre respuesta de la comunidad internacional, recuerda a estos países que sus economías viven momentos de bonanza. Kofi Annan ha pedido a los países más ricos que eviten este desastre humano, ahora que la atención mundial ha vuelto sus ojos y su dinero a otras crisis, como la de Kosovo.
Para demostrar la gravedad de la situación, su secretario adjunto para Asuntos Humanitarios, el brasileño Sergio Vieira de Mello, ha asegurado que las agencias de la organización internacional no contaban con el dinero necesario para atender a los dos millones de angoleños afectados por los combates entre el Ejército y la guerrilla rebelde; al millón de somalíes amenazados por el hambre después de seis años de malas cosechas y al resto de africanos sometidos por otras guerras y miserias. Vieira afirma que "cuando los medios de comunicación se ocupan de un tema, los ciudadanos son muy generosos", y recordó los 1.500 millones de pesetas recaudados el año pasado en España para ayudar a las víctimas del huracán Mitch .
Entre los países que se verán más afectados si el dinero no llega están Somalia y Angola, donde cada día mueren 200 personas por los conflictos y sólo ha percibido el 38 por ciento de la ayuda prometida (106 millones de dólares; unos 16.000 millones de pesetas). Pero también algunos otros, recién salidos de conflictos armados, como la República Democrática del Congo (ex Zaire), Burundi, Sierra Leona, Eritrea o Etiopía. La falta de ayuda dificultará la construcción de la paz.