Gijón fue la ciudad elegida para presentar los temas de su último disco, Amarte es un placer. Durante la espera, un telón blanco impedía ver qué sucedía en el escenario. Luces, sombras y mucho color fueron los preludios. En un segundo, el telón se descolgó y Luis Miguel descendió subido en una farola que colgaba del techo de La Guía. Los gritos de todas sus fans e incondicionales hicieron el resto.
Repeinado, con traje negro, camisa blanca y corbata negra, Luis Miguel comenzó a sudar nada más pisar el escenario. Quiero, un tema de su último disco, abrió el concierto para proseguir con Tú, sólo tú, también nuevo. Luego ya se adentró en el mundo del bolero, estilo que domina a la perfección.
El saludo de la estrella latinoamericana al público, en su mayoría femenino, se hizo esperar y, pasada ya casi media hora de concierto, dijo: "Estoy encantado de estar en Asturias". Escueto pero eficaz, logrando así que los gritos hicieran retumbar el Palacio de Deportes de Gijón.
Luis Miguel no tuvo que esforzarse mucho y consiguió meterse al público en el bolsillo que, desde el inicio del concierto, se mostró totalmente entregado. Suave, Dame, Cómo es posible, Sol, arena y mar y Será que no me amas fueron algunos de los temas más tarareados en las gradas, completamente llenas, y en la pista.
Luis Miguel acudió al Palacio de la Guía a las 17.45 horas en un Mercedes oscuro. Ni saludos, ni firmas para las numerosas fans que hacían cola en las puertas. Fue visto y no visto, la tónica general de su estancia en Asturias, donde llegó el pasado lunes por la noche.
Sin duda, Luis Miguel domina como nadie la música romántica y el público salió muy satisfecho del concierto. A muchas, no obstante, les quedó la espina de no poder conseguir un autógrafo del cantante mexicano, que únicamente salió de la habitación del hotel ovetense en el que se hospedaba para los ensayos y para tomar una sesión de rayos UVA.
Ayer sábado actuó en Pamplona y el miércoles, jueves y viernes lo hará en Madrid, donde se ha tenido que ampliar el número de conciertos debido a la enorme demanda.