A menos de cuatro semanas de unas elecciones generales determinantes para el futuro del país, la tensión ha subido de tono en Israel, tras la decisión de Benjamin Netanyahu,
de ordenar cerrar la Casa de Oriente, – barrio palestino en Jerusalem del Este -.
Esta decisión no está carente de malas intenciones electoralistas, por lo que el presidente Ezer Weizman , ha debido abandonar su discreción para aconsejar al primer ministro que mantenga la calma sobre un asunto tan sensible y sugiriéndole al mismo tiempo la espera a saber que gobierno habrá tras las elecciones y seguir con las negociaciones con los palestinos.
Los partidos de la oposición de izquierda han acusado a Netanyahu de malas intenciones y negativismo electoral, mientras que la policía ha tomado toda clase de medidas represivas, para evitar cualquier manifestación palestina.
Netanyahu ha decidido presentarse a las elecciones como el defensor de la soberanía israelí sobre Jerusalem este, en un momento en el que los sondeos dan como favorito a Ehud Barak.
El Gobierno ha acusado a la Casa de Oriente de actuar como Ministerio palestino de Asuntos Extranjeros, argumento que Weizman ha rechazado inmediatamente.
NETANYAHU PIERDE LOS NERVIOS CUATRO SEMANAS ANTES DE LOS COMICIOS.
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