Las diez condiciones impuestas a Milosevic por la comunidad internacional representan el primer paso serio hacioa la pacificación de los Balcanes, según el presidente de turno de la Unión Europea, el canciller alemán Gerhard Schr÷der. Si todo va bien, la crisis de Kosovo se habrá saldado después de 73 jornadas de intensos bombardeos por parte de las tropas de la NATO, un millón de refugiados albano-kosovares huídos de sus casas y aproximadamente cinco mil muertos.
La «victoria» aliada sobre el régimen de Belgrado es más pírrica que real, a pesar de la grandilocuencia de los medios informativos occidentales. Uno de los objetivos principales de la NATO con lo que se justificó los ataques aéreos era la capitulación de Milosevic y su abandono del poder. Pero ahora el presidente yugoeslavo, que también presenta el acuerdo como una victoria de Serbia sobre los países occidentales, se consolida en el poder, apoyado además por el pueblo serbio, que el 23 de marzo pasado (v¡spera del inicio de los ataques militares) ten¡a en contra.
Otro objetivo no logrado es la destrucci¢n del ej’rcito serbio. Las bater¡as antia’reas y las tropas de infanter¡a y artiller¡a a las ¢rdenes del Gobierno de Serbia siguen pr cticamente intactas, con lo que la guerrilla y las tropas paramilitares pueden actuar nuevamente contra elpueblo de Kosovo en cualquier momento.
Los que s¡ parecen haber ganado en esta crisis son los bancos y las grandes multinacionales. La movilizaci¢n militar para efectuar los bombardeos ha costado casi un bill¢n y medio. Pero los da_os provocados por los aviones aliados se evaloan en cerca de ocho billones de pesetas, que se embolsar n las grandes compa_¡as occidentales y norteamericanas que efectoen las tareas de reconstrucci¢n.
Por oltimo, los beneficiados tambi’n ser n los fabricantes y comerciantes de armas, entre los que Espa_a figura en uno de los primeros lugares. El gasto de armamento exige, segon los gobernantes occidentales, una enovaci¢n de material y, por tanto, fuertes inversiones en nuevos materiales.