El periodismo como la vida misma es rapido y caótico, pero cuando uno procura atrapar la esencia del mundo contemporáneo más allá de radicalismos o protagonismos, es posible provocar la reflexión profunda y su perdurabilidad en el tiempo, afirma Alvaro Vargas Llosa.
El periodista peruano se encuentra en México para presentar su reciente libro: «Cuando hablaba dormido. Entrevistas de madrugada a personalidades muy despiertas», integrado con 31 charlas que sostuvo hacia 1998, en un espacio radiofónico de Miami, con políticos, escritores, científicos, artistas plásticos y de la farándula.
El volumen, editado por Grijalbo, abre con el capítulo «Los políticos, mal necesario», en el que reconstruye de manera fiel e imaginativa, entrevistas efectuadas con hombres vinculados al poder. Entre ellos estan José María Aznar, Tony Blair, Armando Calderón, Carlos Flores Facusse, Francisco Galán, Daniel Ortega, Carlos Andrés Pérez, Ernesto Zedillo, Peter Romero y Julio María Sanguinetti.
Continoa con el apartado «Lo que tienen en comon Placido Domingo, Rigoberta Mencho y Andy Garc¡a: la cultura», donde incluye charlas con personajes como Jos’ Saramago, Camilo Jose Cela y Salman Rusdhie, Fernando Botero, Isabel Presley, Carlos Vives y Raphael.
La obra tiene un cap¡tulo dedicado a «-La ciencia es una ciencia?» con las entrevistas a Domingo Cavallo y Manuel Patarroyo, y cierra con la cr¢nica «Morir de a pocos en Bihac», situada en Bosnia y en la cual, dijo, «cede la palabra a las personas an¢nimas, aquellas que nada tienen que ver con la fama poblica».
Vargas Llosa explic¢ en una entrevista que en su nuevo libro se propuso reunir las posturas, ideologicas y formas de pensar de personajes tanto de izquierda como de derecha, de dictadores o dem¢cratas, de creadores e intelectuales de diversas ramas art¡sticas o cient¡ficas. Y ofrecer, a_adi¢, mas all de la mera declaraci¸n fr¡a, la parte humana y familiar, la estructura ideol¢gica y las emociones que rodean al entrevistado, con el objeto de que las ideas no se evaporen, sino permanezcan como un testimonio valioso y digno de recuperar.
«Jamas mis posturas ideol¢gicas, que son bien conocidas, me han impedido conversar con gente que piensa de otra manera. De hecho me siento m s a gusto charlando con los contrarios. Cuando publicaba en las p ginas de un diario estadunidense escrib¡a m s sobre aquellos con quienes discrepo: Benedetti o Garc¡a Marquez, por ejemplo».
El libro comienza con una entrevista al presidente espa_ol Aznar, especific¢, porque quer¡a dar una idea de lo que es el mundo de habla hispana en su conjunto y a las puertas del nuevo milenio, es decir, borrar las fronteras de los pa¡ses para luego centrarse en Latinoam’rica, con todas sus contradicciones y similitudes.
«Quise crear una patria comon, en la que todos los pol¡ticos de distintas nacionalidades se convirtieran en nuestro propios pol¡ticos», dijo al tiempo de indicar que sus entrevistas tienen en comon la honestidad y el esfuerzo del interlocutor hacia la imparcialidad, pero no hacia la objetividad pura al cien por ciento.
Vargas Llosa reconoci¢ que en el campo cient¡fico se sinti¢ menos competente como entrevistador, pero que al charlar con Manuel Patarroyo, por ejemplo, procur¢ centrarse en la pol’mica sobre el descubrimiento de la vacuna contra la malaria; Estados Unidos le niega a el ese hallazgo y ciertos pa¡ses de Latinoamerica se lo reconocen.
«Yo quise que Patarroyo hablara de su sentir ante la falta de reconocimiento. El me dijo que hay un gran desprecio hacia America Latina, la cual es vista onicamente como una productora de novelas de realismo m gico, pero nunca como un continente capacitado en ciencia y capaz hacer descubrimientos antes que Estados Unidos».
El autor de «El diablo en campa_a» manifest¢ que en algunas entrevistas con pol¡ticos, se sinti¢ utilizado, en el sentido de que le advirtieron que ciertos temas jam s deber¡an ser abordado durante la charla, por estrategia pol¡tica o diplom tica.
«Yo, claro, ten¡a que aclarar al auditorio el porque no le preguntar¡a a esa persona sobre determinado asunto, normalmente vinculado con alguna querella o disputa diplom tica, y en ese momento me convert¡a en el portador de un mensaje duro o directo que llegaba a quien ten¡a que llegar.
«Uno, definitivamente, es utilizado. Hay un porcentaje de prostituci¢n terrible, por supuesto. Esa es la naturaleza del oficio, por eso hay que tratar de sortear esos incovenientes», afirm¢ el hijo del escritor peruano nacionalizado espa_ol, Mario Vargas Llosa.
+Utilizas tu apellido para llevar gente a tu programa y vender tus libros?, se le cuestion¢; su respuesta fue inmediata: «Vargas Llosa es mi apellido, mis padres son primos hermanos; no puedo mutilarlo para que la gente no diga eso, ser¡a como perder parte de identidad.
«Claro que me ha abierto puertas, pero yo s¢lo uso lo que soy. El apellido tambi’n tiene sus incovenientes: llevo nueve a_os fuera de mi pa¡s. Si no fuera un Vargas Llosa no tendr¡a problemas para estar en Pero, recuerdo que durante mucho tiempo vivi rodeado de guardespaldas, fue muy desagradable; el apellido me ha permitido aprovechar pero tambi’n desaprovechar varias oportunidades».
Tras indicar que a su padre le debe su formaci¸n intelectual: «me ense_¢ a leer y discriminar lecturas, a pensar en terminos amplios», sostuvo que nunca se ha censurado; el nicaraguense Daniel Ortega sabia que iba a preguntarle si habia violado a su hija.
Concluy¢ al decir que jam s volver¡a a entrevistar al presidente del Uruguay Julio Maria Sanguinetti, fuera del poder, ni al de Honduras, Carlos Flores Facusse, «por infumable y gris, al menos que hubiera un huracan», pero a Isabel Presley le haria una entrevista distinta, menos fria, tensa e inhumana.
POLÍTICOS, INFLUYENTES Y FAMOSOS BAJO LA LUPA DE ALVARO VARGAS LLOSA
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