A sólo 48 horas de la nota en la que ha confirmado la suspensión de los contactos abiertos con el Gobierno español, la banda terrorista ETA, obviando toda referencia al Ejecutivo de José María Aznar, valora positivamente lo conseguido en su largo camino hacia la soberanía y la territorialidad del País Vasco desde que unilateralmente declaró una tregua, hace ahora casi un año. ETA lamenta, no obstante, que no se haya avanzado más y culpa de ello a España, Francia y a «algunos del PNV, que debían haber sido impulsores de este proceso».
La organización establece dos periodos diferenciados en el año transcurrido. El primero se extiende desde la Declaración de Lizarra, en septiembre, hasta la reunión en Pamplona de la Asamblea de Electos, el 6 de febrero pasado. Esta etapa es valorada muy satisfactoriamente por ETA, que destaca la «ilusión» despertada en la sociedad vasca. Sin embargo, considera que a partir de ese momento el camino emprendido por las fuerzas nacionalistas «se ha sumergido en una situación de indefinición» y ha quedado «congelado».
Este estancamiento lo achaca ETA a los intereses electorales de algunos de las fuerzas comprometidas con Lizarra. Los principales reproches están dirigidos a un sector del PNV, a los que cita una vez de forma expresa y otras tácitamente. «Han sido muchos los intentos para volver a la situación anterior al 18 de septiembre, dejando de lado la construcción de Euskal Herria. Han querido canalizar un proceso de paz podrido, sin contenidos; entre ellos algunos del PNV, que deberían haber sido impulsores de este proceso y trabajar intensamente por él».
ETA mantiene a lo largo del documento un tono de análisis político y de estímulo a las fuerzas abertzales para profundizar en la apuesta de Lizarra, que debería conducir a que Euskal Herria tenga «su propia Constitución» y unas instituciones «nacionales y soberanas». No obstante, enfatiza sobre la necesidad de dar un nuevo empujón al proceso de «construcción nacional». éste, a juicio de ETA, se encuentra en «momento crítico», por lo que advierte que «o se concluye el proceso emprendido o se pudre».