Israel y Siria entran hoy en su segundo día de negociaciones en busca de un acuerdo de paz que ponga fin a una rivalidad que dura ya más de medio siglo. El primer ministro de Israel, Ehud Barak, y el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Faruk el Chará, negocian bajo la supervisión del presidente de EEUU, Bill Clinton, y la secretaria de Estado Madeleine Albright, que han subrayado su disposición a ayudar a las partes en «históricas» conversaciones.
Israel y Siria reanudaron el miércoles sus conversaciones, suspendidas a principios de 1996 debido a una serie de ataques terroristas en territorio israelí. Los principales asuntos que Barak y Chará tienen sobre la mesa de negociaciones son los siguientes:
– Retirada israelí de los Altos del Golán: Es una meseta considerada estratégica por los dos países y que Israel ocupa desde la Guerra de los Seis Días (junio de 1967) y que, posteriormente, se anexionó en 1981, en decisión no reconocida por la comunidad internacional.
Las partes tienen que acordar la amplitud y el calendario de la retirada de Israel de esos territorios, en los que tiene 17.000 colonos y varias instalaciones militares, entre ella, sofisticados sistemas de radar de «alerta inmediata».
Siria pide la total retirada de su rival de la meseta y, a cambio, ofrece a Israel la paz, que «significar el fin del miedo psicol¢gico en el que los israel¡es han vivido como resultado de la ocupaci¢n», segon dijo Faruk el Char en Washington.
La delegaci¢n siria no ha hecho menci¢n poblica, por el momento, sobre su demanda anterior de que Israel se retire a las fronteras que hab¡a antes de la guerra rabe-israel¡ de 1967 para recuperar su acceso al mar de Galilea (el lago de Tiberiades en las referrencias del Nuevo Testamento).
Sin embargo, las autoridades de Israel han expresado en ocasiones anteriores que preferir¡an volver a las fronteras que las potencias coloniales trazaron en 1923. Del mar de Galilea, Israel extrae sus principales recursos acu¡feros. Eso supone alejar hacia el este de las orillas de este lago a los sirios, aunque s¢lo sea en unos escasos diez metros.
– Normalizaci¢n de las relaciones diplom ticas: Barak y Char tendr n que determinar si van a mantener relaciones diplom ticas normales, incluyendo el intercambio de embajadores. Aunque Siria firm¢ en 1949 el armisticio que puso fin a la guerra de los pa¡ses rabes contra Israel, el Gobierno de Damasco nunca ha reconocido al Estado israel¡.
Israel quiere relaciones diplom ticas, comerciales y culturales con su vecino sirio, que ser¡an similares a las que mantiene con Egipto, Jordania, Marruecos y Tonez -los pa¡ses rabes con los que ha normalizado sus intercambios diplom ticos- al tiempo que tambi’n tiene misiones comerciales en Om n y Qatar.
– Seguridad mutua: Para Israel, los Altos del Gol n (al norte de su territorio) son una zona estrat’gica y vital para mantener su seguridad y su capacidad de alerta.
Las autoridades israel¡es buscan que Damasco les garantice esa seguridad, y quieren que el Gobierno del presidente Hafez el Assad disuelva a los grupos extremistas palestinos que tienen su base en Siria.
Otra de las reclamaciones israel¡es referentes a la seguridad es que Siria ponga fin a los ataques terroristas de la guerrilla chi¡ libanesa Hizbul a, que se enfrenta al Ej’rcito israel¡ en el sur del L¡bano (que Israel ocupa desde 1978), y sobre la que Siria ejerce su influencia directa, al igual que sobre el resto de L¡bano.
Precisamente sobre la cuesti¢n libanesa, Siria, a su vez, justifica su presencia militar en L¡bano, por la actitud israel¡ respecto al vecino comon y reclama, al igual que el Gobierno de Beirut, la retirada incondicional de Israel de la franja fronteriza del sur liban’s, tal como exigen las resoluciones de la ONU.
Aurora